DANZA

Saura reclama "la jota en vaqueros" en el homenaje de la Primavera Flamenca

El realizador oscense reivindicó ayer en su ciudad el flamenco, que considera "algo único en el mundo, solo comparable con el jazz".

Carlos Saura, en el teatro Olimpia de Huesca, con el técnico de Cultura del Ayuntamiento Luis Lles.
Saura reclama "la jota en vaqueros" en el homenaje de la Primavera Flamenca
RAFAEL GOBANTES

"El flamenco es lo mejor que hay en Iberia algo único en el mundo, solo comparable con el jazz. Es un ritmo extraordinario que viene del pasado, está en el presente y se proyecta hacia el futuro con nuevas aportaciones y manteniendo la ortodoxia", dijo Carlos Saura (Huesca, 1932), que confesó que a los 18 años quiso ser bailaor e, incluso, fue a una escuela donde la profesora, la Kika, le recomendó que se "dedicara a otra cosa". Y lo ganó el cine.

El realizador hizo estas revelaciones ayer en su ciudad natal a donde llegó para recibir un cálido y apasionado homenaje de la 'Primavera Flamenca', el ciclo que organiza la peña Bajañí junto al Ayuntamiento cada mes de mayo desde hace diez años. El teatro Olimpia puso la alfombra roja para recibirle.

El cineasta tenía ayer un cita en Sevilla para ver la cinta ya montada de 'Flamenco, flamenco', su última película que se estrenará en septiembre, pero la llamada de su tierra cambió sus planes. "Cuando vengo lo primero que hago es visitar 'Las pajaritas' (Parque Miguel Servet) que me traen maravillosos recuerdos infantiles, la casa donde nací, en la calle Padre Huesca, 2, y luego paseo por la ciudad para ver cómo ha cambiado". De su nueva película dijo que "va a sorprender" y que en ella están desde los grandes maestros hasta gente nueva, desconocidos casi. Sara Baras, Farruquito, Eva Yerbabuena o Miguel Poveda son algunos de los protagonistas.

El mago que ha hecho de la cámara la pareja perfecta del flamenco, lamentó que sea un arte denostado en el norte de España "porque no se ha conseguido entender y parece que es algo que viene del sur, de la chusma, que es una españolada". Para él, "el flamenco es algo maravilloso" y dijo sentirse fascinado cuando lo bailan, sobre todo, las mujeres "porque comparten algo tan esencial como el cielo y la tierra. La tierra, el elemento base, con el zapateao la pisan fuerte y luego alzan los brazos hacia el cielo de forma misteriosa".

Bailar jota en vaqueros

Saura también habló de la jota, "un ritmo maravilloso que tiene influencia en las alegrías de Cádiz, pero que me echa para atrás por su connotación regional, que se baile con el cachirulo, el traje regional... a mí no me va. Creo que sería estupendo poder bailar la jota con un pantalón vaquero, una camisa... o como se quiera, pero quitándole todo ese elemento folclórico que no hace sino anclarla en la prehistoria".

Aludió a su amistad con el bailarín Miguel Ángel Berna y recordó su singular interpretación de una "jota renovada" que su cámara recogió en los primeros minutos de 'Iberia' (2005), la película que se proyectó durante el homenaje. "Yo creo que la relación con la jota debe ser más natural, más sencilla".

Pero ayer Saura, nombrado socio de honor de la peña Bajañí, no fue el único protagonista de la jornada. Ya por la noche, el embrujo lo puso Farruco con su baile. El hermano menor de Farruquito, Antonio Fernández Montoya, que tomó el nombre artístico de su abuelo, con el que debutó con tan solo 2 años de edad, se subía al escenario del Palacio de Congresos para ofrecer flamenco en estado puro.

Pero aún queda mucha Primavera Flamenca por delante. Si el ciclo se iniciaba el jueves con el guitarrista José Manuel Gamboa, que impartirá una lección magistral el jueves próximo, día 13, le toca el turno a la interpretación mestiza del Ranki, que se mueve entre el rock, el jazz y los ritmos cañí. Y el cierre a este ciclo lo echarán los Camaroneros, el jueves 20, a las 22.30, que demostrarán que hay buena cantera en la capital del Alto Aragón.