Tim Burton y el Sombrerero Loco

La relación cinematográfica entre Tim Burton y Johnny Depp sigue dando sus frutos. Una colaboración artística que ha definido las trayectorias de ambos. Director y estrella se reúnen por séptima vez en ‘Alicia en el país de las maravillas’, en la que Burton se adentra en el extraño mundo creado por Lewis Carroll, cuya obra tiene múltiples lecturas. Depp no es el protagonista, pero, al encantarle las transformaciones en la gran pantalla, se convierte en el Sombrerero Loco, el personaje icónico de la historia. La película lleva recaudados más de 300 millones de dólares en Estados Unidos, cifra que le otorga la condición de ser el primer éxito de taquilla de 2010. Esa cantidad tiene mucho que ver con que se exhibe en 3D en la mayoría de salas (el precio de la entrada para un pase en ese formato es más cara). Las tres dimensiones se imponen en Hollywood, son la fórmula dorada para obtener ingresos ante el avance de la piratería. Esperemos que siempre complementen la narración y no sean utilizadas para vender espectáculo y ocultar un mal guión (ya hay algunos casos).

Burton se alía con Disney, compañía con la que trabajó en sus inicios. El director adapta su imaginario y estética al universo creado por Carroll, lleno de personajes excéntricos. Una fantasía en cierto modo alucinógena que ya se ha visto en el cine en varias ocasiones, siendo la más famosa el filme de animación de Disney. Se trata de una nueva versión del clásico: la joven Alicia (interpretada por la australiana Mia Wasikowska) regresa al país de las maravillas que conoció de niña. En su camino por conocerse a sí misma, deberá enfrentarse a la malvada Reina Roja (Helena Bonham Carter, pareja de Burton y habitual de su filmografía), que controla ese mundo. Se reencontrará con el Sombrerero Loco, el Conejo Blanco y el gato de Chesire, entre otros. En su cometido también la ayudará la Reina Blanca (Anne Hathaway).

Acción e irreverencia son los ingredientes de ‘Desde París con amor’, que evidencia en cada escena que es un proyecto de Luc Besson, especializado en producir películas de género que juegan conscientemente con la inverosimilitud para entretener al espectador. El aficionado suele comprender el guiño y se deja llevar por sus trepidantes escenas y el montaje frenético. Artificio europeo repleto de cinismo y chulería y protagonizado por estrellas que garantizan su distribución en Estados Unidos. Besson cede la silla de director a su colaborador Pierre Morel, responsable de ‘Venganza’ (‘thriller’ con Liam Neeson en plan justiciero). El agente interpretado por Jonathan Rhys Meyers tendrá que unirse a un espía peculiar (John Travolta, con el pelo rapado y perilla) para evitar un atentado en la capital francesa.

Por último, en una semana de pocos estrenos (la próxima, con motivo de San Jorge, las novedades llegarán el jueves) se estrena ‘Nadie sabe nada de gatos persas’, un drama en el que Bahman Ghobadi denuncia la persecución que padecen los músicos y artistas que interpretan música occidental en Irán, que tienen que actuar en la clandestinidad ante las prohibiciones del régimen. El filme, con un claro tono de denuncia, se exhibió en el Festival de San Sebastián. Se proyecta en versión original subtitulada.