EXPOSICIÓN

'Breviario', un viaje sentido por la vida y obra de Alberto Sánchez Millán

La exposición, que se abrió ayer en la Casa de los Morlanes, reúne fotografías suyas y de su hermano Julio.

Recreación del despacho de Alberto Sánchez Millán, con una colección de cámaras antiguas.
'Breviario', un viaje sentido por la vida y obra de Alberto Sánchez Millán
CARLOS MONCíN

La sala de exposiciones de Casa de los Morlanes de Zaragoza alberga desde ayer una exposición retrospectiva de la obra del fotógrafo zaragozano Alberto Sánchez Millán -desaparecido hace unos meses- y de su hermano Julio. Se titula 'Breviarios' y recopila una selección de instantáneas que ambos fotógrafos realizaron a lo largo de más de 40 años. Convertida en homenaje de 'tío Alberto', como le solían llamar algunos amigos, Julio Sánchez Millán deja que su hermano acapare casi todo el protagonismo. El catálogo de la muestra se convierte, así, en una sucesión de evocaciones sobre la vida y obra del artista que tanto amaba el cine, y que firman colegas, escritores y periodistas, como Luis Alegre, Pedro Avellaned, José Antonio Duce, Vicky Calavia, Antón Castro, Santiago Chóliz...

Aunque la exposición se articula por bloques bien diferenciados, en casi todas las instantáneas subyace el interés de ambos fotógrafos por la experimentación, tanto en la temática, como en el estilo y en el empleo de materiales y de técnicas. Este afán por buscar nuevos caminos expresivos viene auspiciado, en gran parte, por el hecho de que los hermanos Sánchez estaban condicionados en su quehacer diario por el hecho de tener un estudio fotográfico, al que debían dedicarse en la faceta más ortodoxa del oficio.

En cuanto a la temática, hay fotografías que reflejan con fidelidad la vida cultural, social y política aragonesa de los años setenta y ochenta. Sus cámaras captaron tantos los acontecimientos más relevantes de esta época, como los rostros más significativos. Especialmente interesante es, en este sentido, el conjunto de retratos, casi todos de reportaje, en los que una galería de personajes ilustres del mundo de la cultura quedan inmortalizados en ese "tabique invisible" que es el tiempo, según la definición del poeta Ángel Guinda que se puede leer en una de las paredes de la sala.

El carácter de homenaje a la vida, la obra y la personalidad de este hombre vinculado desde siempre a la fotografía y la vida cultural aragonesa se trasluce en todas las estancias, desde el pórtico de la muestra hasta la recreación de su despacho, al final del recorrido.