EL DÚO ZARAGOZANO ACTUÓ EN VARSOVIA

Amaral, en el corazón de Europa

Unas 500 personas vibran con el grupo zaragozano en la capital de Polonia, en un concierto organizado por el Instituto Cervantes en la noche del jueves.

Amaral, en el corazón de Europa
Amaral, en el corazón de Europa
ESTHER CASAS

Afuera, la nieve seguía cayendo sin descanso. Dentro, entre las paredes de la sala Hybrydy se hacía la oscuridad y terminaba de sonar 'All Tomorrow's Parties', de la Velvet Underground. Enseguida llegó el silencio, apenas roto por un rasgueo suave de guitarra y una voz que susurraba: "Qué verdad / qué triste realidad / surgió de la nada". El concorde Amaral aterrizó anoche en Varsovia, en un concierto organizado por el Instituto Cervantes.

 

Después de un impoluto "Dobry wieczór, Warszawa" –buenas noches, Varsovia- al respetable, por parte de Eva, la banda fue desgranando temas. Alternando algunos pertenecientes a 'Gato negro, dragón rojo', su último álbum de estudio, con otros pertenecientes a trabajos anteriores, ofreciendo un directo contundente y lleno de tralla rockera de primer nivel. Sobre las tablas, un grupo de músicos arrollador. Coki blandía las baquetas y marcaba el ritmo con precisión. Iván hacía lo propio con el bajo. Quique y Zuleima daban color a las canciones desde teclados y cello, respectivamente. Octavio secundaba perfectamente a Juan, capaz de alternar con magia guitarras limpias y preciosistas con distorsiones punk. En cuanto a Eva… interpretaba y vivía cada canción transportando al público a otras latitudes, como solo los prodigios escénicos pueden hacer.

En la sala se hablaba español

Entre las quinientas personas que abarrotaban la sala se hablaba español. Junto a la colonia española, muchos polacos amigos de españoles o con nociones de nuestro idioma disfrutaban del concierto. Eva aludía a sus orígenes maños y alguien le lanzaba un cachirulo, que la vocalista colocaba sobre el atril.

 

A mitad del concierto enmudeció el escenario para dar paso a una sorpresa, tendida con nocturnidad y alevosía a Juan Aguirre. Por los bafles de la sala empezaba a retronar "Sto lat-sto lat", ("cumpleaños feliz" en polaco), para celebrar el aniversario del guitarrista. Aquello se convirtió en un canto generalizado. Juan se vio obligado a tomar el micro y un espontáneo subió para traducir sus palabras de agradecimiento. A partir de ahí, el 'show' siguió adelante sin tregua, sonando 'Femme Fatale', de Lou Reed –en acústico-, 'Estrella de mar', 'Martas, Sebas, Guille y los demás', con dedicatoria incluida que llegó al alma-¡gracias!-, o una de sus joyas: 'En solo un segundo'. 'Sin ti no soy nada' puso el broche a un concierto en el que el público fue, poco a poco, entrando al trapo de una banda que suena sin mácula y del carisma escénico de una sin par 'frontwoman'.


Terminado el espectáculo, Ewa, Agnieszka y Magda, ex alumnas de un liceo bilingüe, decían: "Nos ha encantado, nos ha encantado, queremos verles más por aquí". Mariusz, promotor de conciertos y director de la sala, apuntaba en la misa dirección: "Hay que traerlos y organizar el concierto en una sala más grande".

 

También se dejaron ver, más que satisfechos, un grupo de estudiantes españoles, de erasmus en Wroclaw, a pesar de la paliza de más de cinco horas de tren. Joanna, oriunda de Varsovia, se mostraba nostálgica: "Me recuerda tanto a mi año de erasmus en Zaragoza. Desde entonces no dejo de escucharlos".

 

Amaral se plantó en el escenario de una sala de Varsovia con el aplomo con que lo hacía en la zaragozana Morrissey en sus comienzos. Desde entonces han ido escribiendo su "cuento" a base de talento, determinación y trabajo. Tienen un pasado impecable y un futuro de amplios horizontes que en breve le llevará a tocar a Alemania, Canadá y Estados Unidos. Anoche, en su paso por la sala Hybrydy de Varsovia, despetó expectación, emocionó y estremeció. Fuera seguía nevando.