MÚSICA

Tachenko: reír el último es reírse muchas veces

Sebas, Sergio y Edu levantan a Alfonso tras un golazo por toda la escuadra.
Tachenko: reír el último es reírse muchas veces
COLECTIVO ANGUILA

El parto ha sido largo, pero a tenor del resultado, podría aventurarse que no ha existido dolor en el proceso. Los zaragozanos Tachenko recogieron en su día la función de mediocentros organizadores que hasta finales de los noventa ejercía El Niño Gusano en la escena pop local. Y llevan ya unos cuantos años instalados por derecho propio en la aristocracia del género en España. En una situación tan envidiada y envidiable, resulta imperativo hacer un gran disco que ratifique todo lo bueno del pasado y pavimente el camino para todo lo luminoso que deparará el futuro. Este disco, parece claro, es 'Os reís porque somos jóvenes'. Hoy se presenta en casa: a las 19.00 en Fnac Plaza de España de Zaragoza.

 

Son diez canciones: ni una de más, ni una de menos. Tachenko ha dado una vuelta de tuerca a su sonido de siempre, para acendrar las virtudes y dejar atrás las carencias. La presencia creciente de las guitarras y los juegos vocales (uno de sus puntos fuertes) constituyen la columna vertebral de un trabajo que les va a reabrir las puertas de sus amigos. Ahora que el trabajo sale a la luz, no quieren olvidar un agradecimiento a uno de ellos, Borja Lasala (Big City), "que tocó gran parte de los teclados y acudía a cualquier hora para grabar". El portón del 'business' musical lo tienen de par en par desde hace tiempo y su sello, Limbo Starr, se ha encargado de mimarles por esas plazas y carreteras de Dios.

 

La historia del grupo arranca con Grabaciones en el Mar, el sello de sus inicios. El pasado martes, en los Premios de la Música Aragonesa, Sergio Vinadé (vocalista y guitarrista de la banda) lideró la Gelmar Orchestra, banda creada esa noche para abrazar musicalmente a Pedro Vizcaíno, fundador del sello y hermano mayor de todos sus artistas. Vinadé fue miembro de El Niño Gusano desde su fundación y también está en Tachenko desde el principio. Sebas Puente (voz, guitarra y teclados), Edu Baos (bajo) y Alfonso Luna (batería) completan el cuarteto, muy ducho a la hora de crear melodías que se instalan en la cabeza y alimentan el tarareo. ¿Sus armas? Humor socarrón, letras quedonas y una risa a tiempo, para engañar al gran reloj. Es que aún son jóvenes.