TECNOLOGÍA

La guerra de los libros electrónicos se desata antes de su pugilato efectivo en las tiendas

La aparición de Google Editions podría desvirtuar la llegada del lector Kindle de Amazon al mercado europeo

Google, en una nueva incursión en terrenos alejados de la búsqueda en Internet, presentó en la recién concluida Feria del Libro de Fráncfort su proyecto Google Editions, con el que entrará oficialmente en el mundo editorial. Será una plataforma de libros digitalizados que no se descargarán: el usuario podrá leer en cualquier dispositivo con pantalla y conexión a Internet.

 

Esto incluye ordenadores, teléfonos móviles y lectores de libros electrónicos... pero no Kindle, el soporte electrónico de lectura más famoso del mundo, que solo es compatible con los títulos de la tienda 'puntocom' de Amazon, su fabricante. Acaba de anunciar su lanzamiento en 100 países, quiere ser el producto estrella de las próximas Navidades. Sarah Rotman Epps, analista de Forrester Research, opina que Google Editions reforzará la posición de fabricantes de dispositivos abiertos, como el lector de Sony. No obstante, cree que Kindle está afianzado entre los consumidores. "Para muchas personas el término lector electrónico es sinónimo de Kindle".

 

El aparato llegó el lunes a España con una oferta de 295.000 títulos, aunque ninguno en español. La consultora Forrester espera que se vendan tres millones de lectores de libros digitales este año gracias a la reducción de precios, y alcanzar 13 millones en 2013. Sony tiene su lector, Apple también -en aplicación para el iPhone- y la cadena de librerías Barnes&Noble anunció recientemente el lanzamiento de un aparato propio.

 

El sector dice "calma"

José Luis Acín, director del Centro del Libro de Aragón, acaba de venir de Fráncfort con sensaciones mixtas acerca del fenómeno. "Como todas las nuevas tecnologías, se impondrá, pero no va a desbancar al papel. Ambos formatos pueden convivir perfectamente. Y aunque parece que la implantación del libro electrónico es muy rápida, no creo que lo sea tanto. En Estados Unidos, con los soportes más baratos, la convivencia de papel y libro digital es absoluta. Hay que regular el tema de los derechos, el modo en que afecta a todo el gremio. Los distribuidores lo sufrirán, también los libreros y las imprentas... pero será algo gradual.

 

César Muñío, presidente de la Asociación de Libreros de Zaragoza, también mostró su preocupación por el tema de los derechos, y añadió que "se venderá mejor el soporte en el que funcionen más formatos. El aparato es una maravilla, pero a España le gustan las cosas gratis".

 

El escritor Félix Romeo, por su parte, cree que entre las ventajas del soporte está el hecho de que "los libros no se descatalogarán jamás porque el precio de su almacenamiento virtual es despreciable. Además, libros que suelen tener una distribución restringida pasarán a estar a un click. Pero echaré de menos el azar dañado: muchas veces leemos por contacto. También la pérdida del volumen. Temo la obsolescencia rapidísima de los aparatos de reproducción, la necesidad permanente de una fuente de energía para poder leer. Y además no podré doblar las páginas".