PINTURA

Fantin-Latour, la obra de un pintor tímido y sentimental, en el Thyssen

Se exponen pinturas, dibujos y grabados de este artista francés del s. XIX, ajeno a la fama y que dio la espalda al impresionismo.

Aspecto de la exposición monográfica dedicada al pintor Fantin-Latour, en el Museo Thyssen-Bornemisza, en Madrid.
Fantin-Latour, la obra de un pintor tímido y sentimental, en el Thyssen
BALLESTEROS / EFE

El museo Thyssen presenta en su arranque de temporada a uno de los pintores de la segunda mitad del siglo XIX más desconocidos por el gran público, el tímido y discreto Fantin-Latour, con un monográfico que revela la obra elegante y exquisita de este artista francés ajeno a la fama.

 

'Fantin-Latour (1836-1904) es el título de esta retrospectiva, organizada en colaboración con la Fundación Calouste Gulbenkian de Lisboa, que exhibe por primera vez en España 70 pinturas, dibujos y grabados procedentes de museos e instituciones de todo el mundo.

 

Siguiendo un recorrido cronológico de su producción por la segunda mitad del s. XIX, la pinacoteca exhibe en las salas de la planta baja, las obras de Fantin-Latour más destacadas: desde retratos colectivos, de familiares o amigos, a interiores con figuras y naturalezas muertas realistas, pasando por alegorías musicales.

 

En el acto de inauguración -hoy la muestra se abre al público- el director del museo Thyssen, Guillermo Solana, destacó que Henri Fantin-Latour perteneció a una generación "gloriosa" donde, a diferencia de Monet o Degas, él no disfrutó de la fama.

 

"Fantin-Latour no se embarcará en el impresionismo porque había aspectos que no compartía", señaló Solana quien atribuyó al carácter "discreto hasta la timidez" el hecho de que el artista no gozara del reconocimiento pues él permanecía "escondido del ruido mundano y de los medios". "Su pintura hay que ir a buscarla y detenerse en ella unos minutos", aseguró el director del Thyssen convencido de que Fantin-Latour conquistará gracias al "boca-oído".

 

Vincent Pomarède, conservador del Museo del Louvre, fue el encargado de la selección de las obras de Fantin-Latour con un doble criterio cronológico y temático a lo largo de siete capítulos, que reflejan la obra "discreta" pero no exenta de modernidad pues el artista la pintó "con el alma".

 

Desde 'Autorretratos', el inicio de su trayectoria, con influencias de Rembrandt o Durero, pasando por su actividad como copista 'En el Louvre' o 'Flores y frutas', que aborda uno de los motivos que acompaña a toda la obra de Fantin-Latour.

 

Baudelaire, sustituido por flores

Los retratos íntimos y realistas, con herencias de la tradición holandesa del Seiscientos se recogen en la parte titulada 'La lectura', mientras que en 'Retratos', son hermanas, amigos y personas a las que admira como escritores y músicos los que dan cuenta del genio de Fantin-Latour como retratista.

 

"A Fantin le interesaba pintar a un grupo reducido de personas a las que conocía, no al primero que entrara por la puerta", explicó Solana, quien puso como ejemplo el gran lienzo 'Un rincón de la mesa', cedido por el museo D'Orsay, y en el que se pueden ver retratados a Verlaine y Rimbaud, no así a Baudelaire, destinado a ser el personaje central del cuadro y que finalmente fue sustituido por unas flores por una disputa literaria.

 

Los retratos de Fantin-Latour ponen de manifiesto la exquisitez de su paleta en lienzos austeros, sutiles y contenidos que muestran la realidad de finales del siglo XIX, frente a 'Rosas tardías', otro de los motivos de la exposición, de naturalezas de flores cada vez más profundas y melancólicas o 'Alegorías musicales y poéticas', más romanticista y de un erotismo sensual.