REPASO DE TODA UNA VIDA DE TRABAJO EN IMÁGENES

Chema Madoz edita un libro con parte de su trabajo fotográfico

'Obras maestras' es el título del conjunto de 300 imágenes, desde los años 90 hasta la actualidad, del fotógrafo español. La magia que desprenden los objetos cotidianos capturados por su lente son la característica más apreciada de su trabajo.

Chema Madoz edita un libro con parte de su trabajo fotográfico
Chema Madoz edita un libro con parte de su trabajo fotográfico
HA

La obra del fotógrafo Chema Madoz es inconfundible por su temática, ya que dedica su trabajo a escarbar en el mundo cotidiano para extraer simples objetos que él transforma con su cámara en auténticas piezas cargadas de poesía y que cobran un significado especial, como se ve en el libro 'Obras maestras'.


Editado por La Fábrica, la obra de gran formato reúne 300 fotografías desde los años 90 hasta la actualidad, abriendo así una colección bianual que la editorial quiere dedicar a los grandes fotógrafos del panorama artístico español.


Madoz, nacido en Madrid en 1958, confiesa su satisfacción por ser el elegido para abrir esta colección "con un libro de estas características, de gran formato y de calidad muy cuidada", pero que, además, le ha servido, dice, como "un ejercicio de repaso para organizar en mi cabeza las imágenes de todos estos años".


Premio Nacional de Fotografía en 2000, el mismo año que consiguió el Premio PhotoEspaña. Al principio de su trayectoria, en los años 80, Chema Madoz se interesó por la persona humana, pero en un momento en que todos los artistas coincidían en el mismo interés, por lo que "el resultado" no le aportaba "nada".


El paso siguiente, como explica Madoz fue "fijar la mirada en elementos que nos rodean día a día. Empecé en los años 90 -comenta- y fue una reacción inmediata el trabajar sobre aquello que estaba en mi entorno, en mi vivienda".


Y en este caso, sí encontró su camino: "Aquello -cuenta- sí tenía un sentido especial. Se producía un salto en ese objeto al manipularlo y a través de la cámara alcanzaba un status diferente", explica Madoz. Le gusta recordar paso a paso la evolución que ha vivido con su obra en estos últimos años y que, aunque en un primer golpe de vista puede resultar inapreciable, resulta evidente al seguir las páginas del libro.


Así, el fotógrafo pronto fue ampliando el abanico de objetos a fotografiar y fue cambiando las formas de manipulación de los mismos. Es decir, en palabras de Madoz, fue derivando hacia "un trabajo más cercano, próximo a las instalaciones y con un carácter poético". Desde entonces, Madoz reúne dos elementos para descubrir "cómo salta la chispa, la tensión entre ambos objetos" y, en fin, jugar e "indagar sobre todas las posibilidades" que ofrezcan.


Chema es consciente de que  todo estos es posible gracias a su privilegiada mirada al mundo cotidiano, más profunda que la de otros muchos: "Hay algo que otros no ven al primer golpe de vista y que yo sí aprecio", afirma.


El hecho de que Chema Madoz haya centrado su obra en los objetos no significa en absoluto que sus fotografías se puedan comparar con bodegones o naturalezas muertas. Y él mismo lo ratifica: "Yo trabajo desde una perspectiva distinta, por eso mis obras provocan resonancias positivas más amplias que lo que provoca un bodegón".


El blanco y negro es la segunda constante en la obra de Madoz, quien nunca ha querido optar por el color, pues considera que toda esa paleta de grises que utiliza son ideal para sus obras. "El color -cuenta- tiene una relación directa con la realidad. Mientras que el blanco y negro siempre es una representación más evidente. Y las fotografías son reelaboraciones de la realidad". De todo lo que sobre él han escrito, le halaga que hablen de su componente poético, y está de acuerdo con ello.


Pero no así cuando se refieren a sus fotos como retratos de "objetos imposibles" o hablan de los "pequeños chistes" que intenta crear, cuando Chema Madoz tiene claro que "eso es algo que conscientemente siempre he tratado de evitar". El artista, quien confiesa que unas veces llega primero la idea y luego la forma de plasmarla y en otras ocasiones la situación es al revés, confirma que ya ha conseguido llevar su profesión "sin sobrepeso", más bien "con una sensación de lujo" al ganarse la vida con lo que disfruta.