FOTOGRAFÍA

Mirada a la épica de la Gran Depresión

El monasterio de Veruela expone 'Dorothea Lange. Los años decisivos', la crónica visual del crak del 1929 y la agonía del medio rural en EE. UU.

Dorothea Lange (Hoboken, New Jersey, 1895-San Francisco, 1965) llegó a la fotografía un poco por casualidad, a los 17 años, para convertirse en una de las grandes documentalistas del siglo XX, como se ve en la muestra 'Dorothea Lange. Los años decisivos', que se exhibe en el monasterio de Veruela. Sus fotos registran un tiempo de crisis desde la complicidad y la empatía hacia los seres que sufren. Seres como esa 'Migrant Mother' (1936), Florence Owens, madre de tres hijos, que mira a la cámara con tanto coraje y serenidad como desespero y resignación. O como esos niños del Mississippi cuyos ojos centellas de terciopelo en medio de la nada.

 

Dorothea Lange fue una niña enfermiza (contrajo la polio y le quedó una cojera permanente), solitaria y triste, que había superado a duras penas el abandono de su padre. Se trasladó a Nueva York y allí asistió a talleres de retrato de Arnold Genthe y a cursos de fotografía de Clarence H. White. Al parecer había pensado dar la vuelta al mundo, pero le robaron todo cuando tenía y optó por quedarse en la ciudad. Abrió un estudio de retratista. No tardaría en conocer a la gran fotógrafa Imogen Cunningham y al artista Maynard Dixon, que sería su primer marido. Años después confesaría: "Solo fotografiaba a la gente que me pagaba y eso me molestaba".

 

Eso iba a cambiar de inmediato, y la mudanza estaría muy vinculada al crack de la Bolsa de 1929, que dio lugar a una profunda crisis: la Gran Depresión. Ella se vio forzada a vender su casa, a internar a sus dos hijos e incluso a separarse momentáneamente de su marido y a trabajar en estudios distintos. Un día miró a través de la ventana y empezó a ver colas de parados que deambulaban por las calles de San Francisco, gentes que esperaban las 'sopas populares', vio los éxodos de familias completas. A Dorothea Lange le interesaba todo: las masas, un individuo tumbado en plena calzada, los desfiles de la calle Howard; en cada una de sus fotos se percibe una corriente de simpatía, de afecto, de solidaridad, y la voluntad de captar un clima social, la expresión del vacío. Eso es algo permanente en su producción, como se puede apreciar en los dos espacios de Veruela.

Una nueva historia

En 1934 expuso esas fotos en la galería Brochurst, donde las descubrió Paul Schuster Taylor, profesor de Economía de la Universidad de California. Se quedó fascinado. Le pidió que colaborase con sus obras en un artículo sobre la huelga general de San Francisco. Allí comenzaba una nueva historia: Dorothea Lange no tardaría en casarse con él.

 

Entre 1935 y 1942 trabajará, en plantilla y por libre, para la Farm Security Administration. Roy Striker, un auténtico especialista en fotografía, tuvo la idea de contratar a varios fotógrafos (entre ellos el díscolo Walker Evans) para que documentasen la aguda crisis rural y social. Striker creía que esa iconografía sería de gran utilidad para entender los grandes problemas del país: las migraciones, la erosión de la tierra, la sequía, los temporales...

 

En marzo de 1936 publicó en el 'San Francisco News' la foto 'Migrant Mother', que conmovió al país (lo sigue haciendo: en 1998 se convirtió en sello); poco después aparecía en 'Survey Graphics' y en 'U. S. Camera'. Dorothea Lange no solo lograba permiso para realizar sus instantáneas, sino que conversaba con las gentes en busca de un preciso pie de foto. Recorrió con su marido un gran parte del país para preparar el libro 'An American Exodus. A Record of Human Erosion' (1939), que coincidió prácticamente con la novela 'Las uvas de la ira' de John Steinbeck.

 

Lange retrataba a los peones, a los jornaleros, a los recolectores de guisantes, a las mujeres de ropas deshilachadas, envejecidas prematuramente, a los niños abatidos y hambrientos, a los coches destartalados. Dorothea Lange era consciente de que fijaba en su objetivo "la agonía del ideal agrario". Lo hacía con un marcado estilo documental pero también con una nítida vocación artística, mediante picados y contrapicados y espléndidos encuadres.

 

La exposición 'Los años decisivos' comprende entre 1930 y 1946, recoge unas 80 piezas, y avanza otro gran proyecto de la fotógrafa: su trabajo sobre los japoneses que residían en Estados Unidos. Tras el ataque de Pearl Harbor, fueron reubicados, enviados a campos de concentración y acosados, y ella fue contratada por la War Relocation Authority para documentar esos movimientos. Se quejó del clima de odio y de racismo y de la condena a personas inocentes. La exposición, al completo, participó en Photo España.

 

Dorothea Lange participó en varios proyectos más. Débil de salud, falleció en 1965 a consecuencia de un cáncer de esófago.