FESTIVALES

Las montañas oscenses viven un gran mes de julio musical

El segundo fin de semana de Pirineos Sur concluyó con una masiva respuesta de público y la sensación de que el nivel artístico está alcanzando cotas históricas. Pese al frío pirenaico, cerca de 10.000 personas acudieron a los tres conciertos celebrados en el Auditorio de Lanuza, una cifra que, según Luis Calvo, director del festival, "está a la altura de las expectativas que tenía depositadas la organización". Además, la Diputación Provincial de Huesca anunció el encargo de un estudio del impacto económico y social que genera el festival en el valle de Tena, que llevará adelante Facultad de Empresariales de Huesca. Dos profesoras están coordinando el proyecto y tres alumnas están realizando durante estos días el trabajo de campo en Sallent de Gállego y Lanuza.


Hoy, todo es Argentina en Pirineos Sur con la presencia (22.00) del grupo Otros Aires, proyecto que ellos mismos denominan 'arqueológico-electrónico', creado entre los puertos de Barcelona y Buenos Aires. El arquitecto argentino Miguel Di Génova es el alma mater de esta propuesta, que mezcla las primeras grabaciones de tango y milonga de principios del pasado siglo, con letras, melodías y secuencias electrónicas del nuevo siglo.


Aínsa, otro sobresaliente

El jueves, la banda argentina Dios Salve a la Reina (dedicada a versiones clónicas de Queen) llevó a 1.200 espectadores al festival del Castillo de Aínsa. El viernes, Macaco y Huecco elevaron el número a los 4.000. El sábado, los estrambóticos Mojinos Escozíos (teloneados por los oscenses Plasma y los ainsetanos Distintas Razones) congregaron a más de 2.000 personas. Cuando se afronta -al igual que Pirineos Sur- la última semana de este festival, que ya va por su decimoctava edición, los números también hablan de registros nunca alcanzados anteriormente. Los festivales pirenaicos responden a la crisis con sonrisas y llenazos.