VIDEOJUEGOS

Una de 'Cal' y otra de arena para Garbajosa

Lo importante es participar. Lo importante es participar", se repetía Jorge Garbajosa el pasado miércoles después de probar la última novedad de Nintendo, el 'Wii Sports Resort', con el nuevo sensor Wii Motion Plus, un controlador revolucionario capaz de detectar cualquier tipo de movimiento de forma totalmente realista.


Junto a él, David Cal posaba orgulloso después de su hazaña. Igual que el arquero paralímpico Antonio Rebollo, que a sus 54 años demostró que esto de los videojuegos no entiende de edades. Después de encender el pebetero en los Juegos Olímpicos de Barcelona 92, no fue demasiado difícil para él acertar un par de veces seguidas en el centro de la diana en el juego de tiro con arco, una de las nuevas disciplinas que incluye el nuevo 'Wii Sports Resort'.


Además, se pueden disputar peleas con espadas de bambú, partidas de ping pong, trepidantes competiciones de canoa… Bueno, trepidantes, por llamarlas de alguna forma. Porque si es David Cal, cuatro veces medallista olímpico, el que coge el mando contrario, la carrera se ha acabado antes de empezar. Y si no que se lo pregunten a Jorge Garbajosa, que se conformó con un meritorio segundo puesto -solo participaban ellos dos-, mientras intentaba averiguar si aquel punto que se perdía en el horizonte era, como se temía, la canoa de David Cal.


Ya se sabe que estos deportistas profesionales tienen muy mal perder, así que el ex jugador de los Toronto Raptors se dirigió, desafiante, hacia la esquina donde se encontraba el juego de baloncesto. El mando, que parecía minúsculo en sus manos, se convirtió en un balón que no paraba de sacudir la red. Triple a triple, el jugador de la ÑBA consiguió la nada despreciable marca de 20 puntos, de 30 posibles. Cal, después de admirar el excepcional giro de muñeca de su adversario, comenzó su ronda. ¡Zas! ¡Zas! ¡Zas! Los asistentes no daban crédito al espectáculo. El piragüista, con una técnica más parecida a la del 'zapping' que a la del baloncesto, no paraba de enchufarlas desde la línea de tres. Cuando alcanzó los 19 puntos, Garbajosa se tapó la cara con ambas manos. ¡Zas! ¡Zas! ¡Zas! Con sus 22 puntos y una sonrisa de oreja a oreja, Cal le dio unas palmaditas en la espalda a su compañero. "Éste ha estado entrenando toda la noche", aseguraba el jugador de baloncesto. "Ya verás cuando juguemos al golf. Ese sí que se me da bien".