MÚSICA

Un todólogo con alma de 'crooner'

Ha sacado su primer disco solista en España, 'El ídolo', con El Volcán, un sello pujante de asombroso buen gusto a la hora de elegir catálogo. Sus publicistas pretenden epatar a las conciencias desprevenidas contando que es amigo de Marilyn Manson, que dos genios fenecidos como James Brown y George Harrison le enseñaron a bailar y a tocar la guitarra, que enterró su piano en el jardín (sic), que actuó junto a Julie Delpy y, dato algo más interesante, que es hijo de Alejandro Jodorowsky. Es el chileno que llamó a Buñuel a su casa de París y le dijo que iría allá a rescatar el surrealismo, cosa que hizo luego como director (inolvidable 'Santa Sangre') y guionista de cómics junto al genial Moebius.


Pero es el hijo el que llega hoy (21.00, en el Teatro de la Estación de la calle Teniente Coronel Pueyo, 12 euros) a demostrar su clase musical, con toques de cabaret. Adan Jodorowsky (apocopado se convierte en Adanowsky) formó en su día una banda de punk adolescente que llegó a grabar un álbum, 'Mutant Love'. Luego fue bajista para Adrienne Pauly y Yarol Poupaud, antes de empezar a cantar y componer con 22 años (ahora tiene 27). Su álbum de debut europeo fue 'Etoile Eternelle', en el que ya se veía un gusto inequívoco por los ambientes cabareteros decadentes, boleros incestuosos y el rock-folk melancólico.


Acompañado en escena por una banda francesa, Gush, Adanowsky propone un espectáculo delirante, con bailarinas, 'pin-up', y remedo de ceremonias 'voodoo'. Usualmente, el público se involucra con el entusiasmo propio del sorprendido. Lo demás lo hacen las canciones. Desopilantes, como 'Estoy mal'; dignas del mejor y más elegante 'crooner', como 'El ídolo'; angustiosas y funambulistas como 'No'. Este muchacho es todo un personaje que no necesita tirar de la levita de su padre para dejar boquiabierta a la audiencia. Le sobra talento y jeta para conquistarla por sí solo.