CINE

Llega la primera película de la saga 'Millennium', el legado de Stieg Larsson

Hoy se preestrena en Zaragoza 'Los hombres que no amaban a las mujeres', aventura inicial de Mikael Blomkvist y Lisbeth Salander

La vida de este célebre autor de ficción es una novela en sí, de tintes hiperrealistas a pesar de su desarrollo casi hollywoodiense. El sueco Stieg Larsson murió hace un lustro, con apenas 50 años, cuando atisbaba cual profeta el éxito de las tres novelas que tuvo tiempo de escribir: un infarto fulminante acabó con su vida. Hoy se preestrena en Zaragoza (22.00, Yelmo Cines de Plaza Imperial) 'Män som hatar kvinnor';es decir, 'Los hombres que no amaban a las mujeres', la adaptación fílmica de la primera de las tres novelas de Stieg Larsson, agrupadas en la saga 'Millenium'.

 

El periodista de investigación Mikael Blomkvist (interpretado por Michael Nyqvist) y la 'hacker' -destripadora de aparatejos informáticos- Lisbeth Salander (a la que da vida Noomi Rapace) tienen rostro al fin. Ya andan en fase de pre producción las dos siguientes, 'Flickan som lekte med elden' -'La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina'- y 'Luftslottet som sprängdes' -'La reina en el palacio de las corrientes de aire'-. La tercera, salvo hallazgos en discos duros olvidados, es la última novela de Larsson. Llegará a las librerías españolas el 18 de junio.

 

La trilogía lleva vendidos más de 13 millones de ejemplares, un éxito sin precedentes para un autor que no vendió nada en vida, y que pretendía estirar esta saga a 10 títulos. Tan solo el gancho de Khaled Hosseini, autor de 'The Kite Runner', es comparable actualmente al furor que desata la breve, densa y popular obra de Larsson.

 

Los escritores no ocultan su perplejidad por las dimensiones del fenómeno. Soledad Puértolas, que no se ha puesto aún a leer las tres novelas, admite que "es impresionante, solamente está vendiendo él y dos libros más, incluso hay un efecto arrastre con títulos su propia editorial. Habría que analizarlo detenidamente". Félix Romeo, que visitaba Estocolmo a principios del pasado mes de abril (justo durante el estreno local de la película) pudo ver las filas en los cines... en mitad de copiosas nevadas. "Había un entusiasmo patriótico allá. Es un fenómeno singular, porque procede de Europa: Suecia no daba algo así a la cultura popular desde Abba. Personalmente me da mucha pena que Larsson no se haya hecho millonario, que no haya podido disfrutar de su éxito. Me parece un escritor menor, que usa una prosa muy transparente y, sin duda, supo conectar con el público. Iré a ver la película".

En tres dimensiones

El director encargado de minimizar en la medida de lo posible el adagio universal de 'el libro es mejor que la película' es el danés Niels Arden Oplev. Coautor del guión junto a los escritores suecos Nikolaj Arcel y Rasmus Heisterberg, Oplev se resistió en principio a embarcarse en el proyecto, para acabar luego conquistado hasta el tuétano por la idea de tridimensionar la 'larssonmanía'.

 

En cuanto a los papeles principales, Nyqvist hizo valer su carisma ante Oplev, que buscaba alguien con el encanto adecuado. Noomi Rapace, que se quedó con uno de los personajes más golosos que ha dado la literatura al cine en los últimos años, es una actriz autodidacta (nunca pisó una escuela) a punto de entrar en la treintena. Se metió en el papel hasta el punto de someterse a un cambio de imagen radical: pelo corto, clases de boxeo y piercings en la ceja, labio, oreja y nariz. Además, se sacó el carnet de moto. Como dice un texto promocional del filme, "todo es real en Noomi-Lisbeth". Todo, menos el enorme tatuaje con el que aparece en la película.

 

Oplev abordó el rodaje desde una perspectiva ambiciosa, en la que hay una voluntad de huída del cliché de cine detectivesco al uso. "Quería hacer una película con emociones y personajes fuertes, controvertidos: una historia intrigante. Ese es mi sello, algo que ya estaba presente en los libros. El estilo visual y el diseño de producción tenían que mostrar una película grande y especial. Y quería que todas las pequeñas pistas y detalles del libro de Larsson estuvieran ahí: viejas fotos, viejas filmaciones del accidente del puente, Lisbeth con su memoria fotográfica... quería una película atrevida, como el libro".