TEATRO

La unión soviética revive en la estación

El escenario zaragozano recibe este fin de semana uno de los montajes teatrales más interesantes de la temporada nacional. Se trata de 'Cartas de amor a Stalin', de Juan Mayorga.

José Tomé (izquierda) y Ramón Barea, en 'Cartas de amor a Stalin'.
La unión soviética revive en la estación
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El escenario del Teatro de la Estación de Zaragoza recibe este fin de semana uno de los montajes teatrales más interesantes de la temporada nacional. Se trata de 'Cartas de amor a Stalin', de Juan Mayorga -galardonado este año con el Premio Max al mejor autor teatral en castellano-, que dirige Helena Pimenta según Versión de la Compañía Ur.

 

'Cartas de amor a Stalin' es una fantasía teatral acerca del acoso sufrido por el gran escritor Mijail Bulgákov durante la tiranía estalinista en la Unión Soviética. A diferencia de otros "enemigos del pueblo", Bulgákov no fue puesto ante un pelotón de fusilamiento, ni enviado a un campo de trabajo, pero padeció otra forma de violencia: la censura cortó el camino entre su obra y la sociedad para la que fue escrita.

 

Juan Mayorga y Helena Pimenta se desplazaron esta semana hasta Zaragoza para presentar, junto a una entusiasmada Cristina Yáñez, directora del Teatro de la Estación, este montaje, cuyos intérpretes son Ramón Barea -"uno de los actores españoles más destacados", según Mayorga- en el papel de Stalin, José Tomé en el papel de Bulgákov y Celia Pérez, que encarna a la mujer de este.

 

Pimenta y Mayorga coincidieron en señalar que esta etapa de la gira teatral es muy especial, dada la labor que desarrolla el Teatro de la Estación y por las características del local, en el que los actores pueden ver la cara al público y percibir todas sus reacciones. Ello, según Pimenta, puede resultar un poco cortante para los intérpretes. "Pero en cuanto se produce esa sintonía por el acercamiento, los intérpretes experimentan un subidón".

 

Mayorga se mostró encantado por la versión que desarrolla de su obra la Compañía Ur. "El montaje es capaz de poner en pie hasta cuatro dramas: el drama del fracaso de la revolución, el drama del arte frente al poder, el drama amoroso de una pareja que está amenazada por un fantasma y el drama de un hombre que espera una llamada". Para el autor, el montaje de Helena Pimenta tiene el valor añadido de confrontar con acierto la pequeña historia que se desarrolla en un reducido apartamento con la gran historia del comunismo.