EXPOSICIÓN

Pablo Serrano regresa al Museo de Teruel 23 años después de su inauguración

Una muestra, integrada por 32 esculturas, dibujos y cuadernos, permitirá al visitante repasar la trayectoria del artista turolense desde 1953 hasta los años ochenta

En el centro, de izquierda a derecha, Valeria Serrano y Susana Sapadoni, nieta e hija política del artista.
Pablo Serrano regresa al Museo de Teruel 23 años después de su inauguración
J. E.

Fue en el año 1986 cuando la obra de Pablo Serrano estuvo por última vez en Teruel. Sus trabajos se expusieron en el Museo turolense con motivo de la inauguración de este centro cultural y emblemático para la ciudad, y su presencia, en cierta manera, se convirtió en premonitoria, al marcar la línea de la política artística que iba a desarrollar esta institución desde entonces.

 

Tras 23 años de ausencia, la producción del artista de Crivillén regresa a sus raíces y lo hace en el mismo espacio de entonces y con muchas similitudes entre el museo turolense y el Pablo Serrano de Zaragoza, como ayer hizo notar la directora del primero, Carmen Escriche: "Ambos están a la espera de ampliaciones de sus espacios expositivos, así como de sus actividades".

 

La muestra, organizada por Ibercaja con motivo del centenario de su nacimiento, llega a Teruel tras un año de viajes, y permanecerá en la capital hasta el 13 de abril. Integrada por 32 escultural y abundantes documentos personales, entre ellos 9 dibujos y bocetos preparatorios de sus esculturas, 5 cuadernos y una proyección audiovisual, lleva por título 'Las huellas del caminante'. La obra que preside el vestíbulo del Museo, 'Hombre andando en la playa', ha inspirado el enunciado genérico, según explicaba ayer su nuera, Susana Spadoni. Es una pieza en bronce de 1953, la única que recuperó el escultor de sus trabajos de Uruguay, "y simboliza en esta exposición el camino artístico que vamos a seguir", señalaba Spadoni.

 

En el Museo turolense se pueden ver las más emblemáticas series de Serrano. Desde los 'hierros encontrados', cuando el artista se integró en el Grupo el Paso -"en su momento de mayor experimentación y con sus obras más abstractas", dijo la nieta del escultor, Valeria Serrano-, hasta sus trabajos más figurativos, centrados en retratos. A estas piezas, las llamaba 'interpretaciones' y generalmente se trataba de representaciones de los rostros de sus amigos.

 

Las series de 'Las bóvedas', con las que recrea sus concepciones filosóficas; la de los 'Hombres Bóveda', que reflejan el puente luminoso o el alma que sobresale por encima de la brusquedad externa de muchos de los humanos; los 'Hombres puerta'; las 'Lumínicas'; o las 'Unidades yunta' -el gin y el gan, según Serrano- completan la muestra que se puede ver en Teruel.