LIBROS

Las leyendas que cuentan las piedras

Chema Lera firma un 'Bestiario ilustrado de Aragón' en el que reinterpreta con sus dibujos los seres fantásticos y mitológicos esculpidos en iglesias románicas.

Un dragón que aparece esculpido en San Pedro el Viejo de Huesca
Las leyendas que cuentan las piedras
HA

Chema Lera lleva muchos años paseando con su bicicleta por los pueblos del norte de Aragón. Su curiosidad por las leyendas y las criaturas fantásticas le ha llevado a recopilar numerosas historias sobre los seres que antaño poblaron la imaginación de los habitantes de estos territorios. Gracias a su pasión por el dibujo, muchos de aquellos cuerpecillos extraños que encontraba escondidos en los recovecos de capiteles y tímpanos, entre ángeles y almas del infierno, acabaron siendo apuntes en su libreta. Ahora, forman ya parte del 'Bestiario ilustrado de Aragón', recientemente editado por Prames, pasados por su particular visión y acompañados de textos que recuerdan su origen legendario y que señalan su ubicación en diferentes iglesias aragonesas.

"Todo viene de lejos, de cuando preparaba el 'Breve inventario de seres mitológicos, fantásticos y misteriosos de Aragón' -explica Lera-, que es una enciclopedia fundamentalmente literaria. Vi que a ese trabajo se le podía dar la vuelta, conferirle una forma indexada o catalogada, incluyendo una guía de las iglesias en las que aparecen representados estos seres, y ligar su presencia a las leyendas de la zona". Los dos libros tienen muchas cosas en común, pero su aspecto es bien distinto. "Este es un libro más cuidado, con un formato mayor, en el que priman las imágenes y la ilustración frente a los textos", explica el autor.


Las conexión está en esas referencias a las leyendas aragonesas, por las que desfilan los silbinos, faunos, 'diaples' o centauros. Todos los seres mitológicos que aparecen en las 22 fichas del libro han sido tomados de esculturas, pero también reflejan la interpretación personal del ilustrador. Las figuras están coloreadas siguiendo el patrón cromático que adornaba originalmente los capiteles y tímpanos románicos: "Ahora nos han llegado las piedras a sangre viva, y resulta difícil imaginarnos que en su día eran de colores, ya que apenas se conservan algunos restos". Básicamente, ha utilizado los colores más típicos de la Edad Media, que coinciden con lo que sirven para rellenar los planos característicos de la pintura románica, aunque haya metido "cosas de su cosecha", como la rojísima cara de la 'mantícora', un fiero animal con rostro humano, cuerpo de felino y cola de escorpión, que aparece representada en la iglesia de Santiago, en Agüero.


Junto a los dibujos, se han incluido algunos de los apuntes de Lera. "Me gustaba que se viera el proceso, de lo que he visto en la iglesia hasta llegar a la recreación. Un ilustrador siempre viaja con su cuaderno y he preferido que se me viera así, como un caminante por las piedras de Aragón", cuenta.


Detalles del escultor

En su camino se ha encontrado, por ejemplo, escondida en un altar de la catedral de Jaca, una 'lania', mujer con pies de oca que simboliza la unión con la naturaleza y que suele habitar, según la leyenda, cerca de fuentes o ibones. O una 'melusina' -mujer serpiente- de piedra en un capitel del Monasterio de Rueda, o la sirena del Castillo de Loarre, cuyo "precioso cabello" esculpido cautivó al autor de este bestiario. A Lera le gustaría que su libro fuera una guía que sirviera al lector para descubrir estas maravillosas esculturas que en algunos casos están muy escondidas y en otros, prácticamente "destrozadas".


Los bestiarios provienen de la Edad Media, momento en el que los mitos de la tradición grecorromana o íbera se conectaban con las ideas cristianas. "Las esculturas representaba la televisión de la Edad Media y la mayoría de estas figuras eran incluidas por la propia Iglesia, con fines didácticos. A veces, el encargado de las esculturas se dejaba guiar por las indicaciones de los monjes, y otras incluían detalles inéditos de su propia imaginación. En ocasiones, eran los propios artistas los que introducían, escondidos en las partes más recónditas de las iglesias, representaciones de otros dioses que no estaban adoptados por el catolicismo", explica Lera.


El ilustrador Natalio Bayo, autor de las imágenes de otro 'Bestiario' también publicado por Prames, pone el prólogo en este libro. Pero Lera, que admira a Bayo como "un pintor y grabador excepcional", no cree que haya relación entre los dos libros. "Él se ha interesado mucho por los bestiarios, pero el suyo tiene referencias de una estética alejada de los medieval, más renacentista y sobre todo muy personal, aunque detrás haya un sustrato real".


El 'Bestiario Ilustrado de Aragón' tendrá continuación, o así lo espera el dibujante, en otros volúmenes en los que los protagonistas sean animales y seres humanos de leyenda.