CINE

David Fincher: "La mayoría del cine de EEUU es un negocio de comida rápida"

El director David Fincher, firme candidato al Oscar por la película 'El curioso caso de Benjamin Button´, protagonizada por Brad Pitt, considera que hace "cine independiente" porque no está sometido al yugo del cine como "negocio de comida rápida".


"Me gusta pensar que el trabajo que hago es, de alguna manera, cine independiente porque hago lo que quiero", asegura un cineasta que se hizo un hueco entre los grandes nombres del celuloide contemporáneo a partir de 1995, cuando estrenó "Seven", en la que también contó con su actor fetiche, el cotizado Brad Pitt.


Recostado en el sofá de la suite de un lujoso hotel en el centro de París, Fincher, que tiene a sus espaldas 47 años de vida y una carrera respaldada por títulos como "El club de la lucha", "The Game" o "Zodiac", intenta diferenciar su trabajo de las producciones más "simplistas" del cine de Hollywood, a pesar de haber contado con un presupuesto de unos 150 millones de dólares para su último film, que se estrena el 6 de febrero en España.


"Sé que tendemos a simplificar todo, a reducirlo, y lo odio. Es horrible. Tiene que haber espacio para otro tipo de experiencias", asegura un creador que valora que en otras partes del mundo, como en Europa, se haga un cine muy diferente al estadounidense.


Corpulento, con los dedos apoyados sobre la sien y la mandíbula, este nativo de Denver, en el estado de Colorado, explica que "siempre se producen discusiones" en las que los ejecutivos piden que se reduzca el metraje de las cintas.


"Recuerdo que Alan F. Horn (el presidente de la Warner Bros) me dijo: 'Me gusta la película pero llevo corbata y por eso te voy a tener que pedir que la hagas más corta'. Creo que era una forma dulce de hacerlo y tenía razón. Entonces corté unos seis minutos".


Con ropa negra informal y unas gafas colgadas del pico de su jersey, Fincher se muestra como un hombre reflexivo y socarrón en la mayoría de sus respuestas: "A la gente que no le gustan las películas de más de dos horas y media... no puedo disculparme".


La película quedó finalmente en 2 horas y 44 minutos en los que Benjamin Button, un hombre que nació anciano y que rejuvenece a medida que pasa el tiempo, recorre su vida al revés a lo largo de un trabajo en el que se ha cuidado hasta el más mínimo detalle, para proyectar una cinta visualmente muy elaborada.


Brad Pitt exigió interpretar todas las edades de Benjamin Button para participar en la película, algo que requirió de un sólido apoyo tecnológico pero que no varió demasiado la manera de trabajar del director.


"Creía que iba a ser mucho más desconcertante, pero resultó más fácil y placentero de lo que imaginaba. Sentía como si estuviera jugando", explica Fincher, quien afirma que lo más complicado al reemplazar la cabeza de alguien fue "respetar siempre la distancia entre sus ojos y la clavícula".


El responsable del envejecimiento ficticio de uno de los actores más deseados del mundo y al que conoce desde hace 19 años, bromea diciendo que en lo único que ha cambiado Pitt en estos años es en que "ahora es mucho más guapo".


Retoma después el hilo de sus pensamientos, se incorpora y explica que cuando le conoció, en la primera semana del rodaje de "Seven" no tenía seguridad privada y que tres semanas después necesitaron contratarla, para reflejar la "naturaleza extraña" del "nivel de fama" al que está sometido Pitt.


"Es tan buen actor, tan curioso y tan dedicado como siempre, sólo que tiene más confianza y está más relajado. Está más dispuesto a arriesgarse y humillarse que nunca y eso es bueno porque muchas personas se sienten cada vez menos confiados a medida que se hacen más y más famosos", dice de carrerilla, cansado de que le pregunten sobre el marido de Angelina Jolie.


En el horizonte cercano de Fincher, se perfilan las doradas estatuillas de Hollywood, nominación que nunca había disfrutado y a la que intenta restar importancia.


"Un amigo, para que veas la gente de la que me rodeo -recuerda mientras se sonríe- me preguntó: '¿estás sorprendido por la nominación para los premios DGA (Sindicato de Directores de Estados Unidos)?' Le dije que sí y contestó: '¿De verdad? Es un año tan malo para las películas...'".