MÚSICA

"Todos mentimos y nos contamos milongas para tirar hacia adelante"

La cantante y compositora presentó ayer en la Fnac de Zaragoza su nuevo disco, 'Tu labio superior'

Christina Rosenvinge, ayer, momentos antes de ofrecer su pequeño concierto
"Todos mentimos y nos contamos milongas para tirar hacia adelante"
ÓLIVER DUCH

Habla de Carly Simon, de Nick Cave y de los libros de poesía que la acompañan. También del colegio de sus dos chavales y de su afición por la cocina. Christina Rosenvinge no tiene que bajar la guardia para pasar de un tema a otro porque ya se exhibe -y mucho- en las letras encriptadas de ‘Tu labio superior’. En este nuevo álbum, que dicen es para paladares exquisitos, ha dejado aparcado el inglés y juguetea con un español travieso, picarón y con segundas intenciones.


No vamos a hablar del cambio de idioma, ni de Ray Loriga, ni de su época con Álex y Christina…

Ah, vale, perfecto...


Ya lo hace usted en sus canciones…

Mis letras tienen un gran contenido emocional, pero cada cual puede ver en ellas lo que quiera.


¿Le extraña que haya tanta gente que se sienta identificada con una obra tan personal e intimista?

Lo que me pasa a mí le pasa a todo el mundo. La única diferencia es que yo le pongo unas u otras palabras o que tengo más tiempo para buscar las expresiones acertadas. Componer y cantar no deja de ser un acto de comunicación.


¿Y es preciso ser sinceros?

No. Todos nos mentimos a nosotros mismos y nos contamos milongas para seguir adelante, nuestra verdad no es absoluta. Creo que mostrar unas cosas y guardar otras también forma parte del juego.


En este disco "se sacude los escombros de la vida personal"…

De pronto, me descubro en un lugar que debería haber superado veinte años atrás. Sin embargo, es una situación que también me divierte. Las transiciones son momentos de oportunidades y creo que somos afortunados por preocuparnos de problemas más existenciales que reales. El disco refleja un trozo de ese corazón adolescente que no se pierde nunca.


Lleva muchos años en los escenarios y la experiencia es un grado…

Ahora me siento más libre y me gusta más lo que hago. En este disco las canciones son más directas, menos historiadas, de "tres acordes y un corazón roto".


Y tiene una especial querencia por las atmósferas oscuras...

Lo que pasa es que soy una chica delicada y no casa bien que me identifique con esas canciones. Pero son mis preferidas. Creo que son arrebatos románticos, lirismo oscuro, susurros…


Después de ‘Verano fatal’, ha vuelto a colaborar con Nacho Vegas, gran ‘partenaire’ también, por cierto, de nuestro Bunbury…

Trabajar con Nacho es estimulante pero muy difícil también. Yo le cuento mis teorías -que no hay quien las entienda- y él compone hacia dentro y le cuesta dar a conocer sus piezas. Creo que el esfuerzo vale la pena si las canciones son buenas. Sobre Bunbury diré que lo conozco y que me llevo bien con él, pero no tenemos la misma empatía musical.

 

Al margen de la música, usted como mujer -¡y sus medias rotas en los 80!- ha sido un referente femenino.

No creo que marque tendencia ni que haya creado escuela de nada, pero sí es cierto que hay muchas cantantes pero pocas mujeres compositoras en el mundo de la producción musical. Siempre me he sentido sola en esto y un poco al margen de todo. ¿Punta de lanza? Tal vez...


Dicen que acabará siendo una suerte de Patti Smith española...

¡Qué imprudencia! Lo único que sé es que voy a seguir porque es lo que realmente me hace feliz.