"Gasolina", filme del zaragozano Alberto Jiménez, premiado en San Sebastián

"And the winner is... ¡Gasolina!". Con un escueto y exultante correo electrónico, el zaragozano Alberto Jiménez anunciaba en la madrugada del domingo al lunes a sus allegados el galardón otorgado a la película "Gasolina", que produjo el año pasado en Guatemala. La cinta se ha llevado a tierras de Centroamérica el premio Horizontes del Festival de San Sebastián, que reconoce el mejor esfuerzo cinematográfico hecho en América Latina y está dotado con 35.000 euros.

Alberto es residente de la nación chapina desde que empezó el tercer milenio. Allí trabaja en el ámbito académico y cultural, y desde 2003 trabaja en investigación para la Cinemateca Universitaria Enrique Torres, en el campus de San Carlos, la universidad estatal de Guatemala. Con 37 años de edad, a este zaragozano nacido en el barrio de Torrero le ha dado tiempo a vivir en tres continentes, a ser archivero en Israel (estrudió Biblioteconomía e Historia del Cine), montador de escenarios, musicólogo y rondallero, además de la que ahora será su faceta más conocida: productor de cine. Además, ha extendido su colaboración a la industria del séptimo arte en Guatemala como redactor de la Ley Nacional de Cine. Es padre de una hija guatemalteca, Camila, de seis años. "Vivo en Guatemala y quiero que la niña encuentre un país mejor cuando crezca. Las cosas no están bien, hay que mejorarlas".

Filme atípico

"Gasolina" es la película más ambiciosa jamás rodada en Guatemala. Una historia que se desarrolla en una sola noche, en un barrio desolado, protagonizada por tres chicos de clase media-alta que se dedican a robar gasolina para salir a dar vueltas con el automóvil de uno de ellos. El guión le da la palabra a los jóvenes y exhibe una historia puntual sin vis trágica. Su director, Julio Hernández Cordón, tiene 33 años y se ha formado al calor de diversas escuelas del hemisferio occidental americano.

El 25 de abril del año pasado, después de mil y una tribulaciones -de las que Jiménez fue testigo directo- arrancó un rodaje en el que se involucraron al máximo los habitantes de la capital de "Guate", con los papeles estelares en manos de los jóvenes Francisco Jácome, Carlos Dardón y Gabriel Armas. Mes y medio después, el trabajo fílmico estaba acabado. Ahí comenzaba el gran reto: posproducción, contactos y presencia en festivales.

El primer paso no pudo ser mejor: se llevó el premio Cine en Construcción del propio Festival de San Sebastián, en la edición de 2007, lo que supuso la aparición del dinero necesario para completar la película. Luego vinieron más aplausos internacionales. La película volvía ahora al prestigioso certamen que se celebra a orillas del Urumea, con el envoltorio adecuado y toda la ilusión del mundo.

"Gasolina" cautivó en San Sebastián, aunque no faltaron las voces discordantes al conocerse el fallo. El director, presente en la capital donostiarra junto a dos de los tres protagonistas de la película, reconocía su sorpresa por el triunfo, aunque no perdió la ocasión de sacar pecho. "La verdad es que 'Gasolina' no se parece a ninguna otra película. Es distinta en el encuadre y movimiento de la cámara, no tiene música, los actores nunca habían actuado antes...

Cordón califica su obra como "una película libre, en la que las decisiones no fueron tomadas pensando en dinero. Tiene libertad de concepción y realización. Además, refleja un país, una problemática. No sé si premiaron una forma de ver la vida o un grito de auxilio".

Nuevos ámbitos, nuevos retos

Hernández Cordón se centra estos días en la entrega del proyecto de su nuevo largometraje, "Polvo", para cuyos toques finales ha elegido Barcelona y en el que también se involucrará Jiménez. Es una semblanza de un grupo de mujeres de la población indígena de San Juan Comalapa, en el oeste del país, que quedaron viudas tras la guerra de 36 años que vivió Guatemala entre 1960 y 1996. Luego presentará "Gasolina" en el Festival Vivamérica, organizado por la Casa de América en Madrid entre el 6 y el 12 de octubre.