TEATRO

Maribel Verdú vuelve al teatro cinco años después

Lo hace de la mano de Yasmina Reza en la comedia "Un Dios salvaje", en la que comparte protagonismo con Aitana Sánchez Gijón, Pere Ponce y Antonio Molero.

Cinco años después de "Por amor al arte", una función "muy especial" dirigida por Gerardo Vera, Maribel Verdú vive "entre amigos" los ensayos de su vuelta al teatro con "Un Dios salvaje", una "comedia inteligente" de Yasmina Reza en la que trabaja con Aitana Sánchez Gijón, Pere Ponce y Antonio Molero.


"Todo es políticamente correcto durante la primera parte, hasta que salen a la luz todos los vicios y las maldades", explica la actriz, con motivo del estreno de la película de José Luis Cuerda "Los girasoles ciegos", que ella protagoniza.


"Sí, tengo el corazón partido entre el cine y el teatro, ¡pero el teatro me mata porque te sientes creador! ¡Estás tú ahí, frente al público, en la oscuridad...! En el cine eres sólo una parte de un gran equipo", aclara Maribel Verdú que, según precisa, los ensayos comenzaron el pasado lunes 18 de agosto.


"Lo que más me gusta del teatro son los ensayos. Aunque la rigidez no va en mi vida, soy muy disciplinada para trabajar: puntual y llego con mi texto aprendido", relata la actriz, quien está encantada de trabajar con la directora de escena Tamzin Townsend: "nos está haciendo construir, deconstruir... Esta obra es estar entre amigos".


"Aitana Sánchez Gijón y yo nos conocemos desde hace 25 años y queríamos trabajar juntas. Descubrimos una obra de teatro que nos gustó, pero Pedro y yo -por su marido, Pedro Larrañaga, productor y empresario teatral- fuimos a París a ver ésta función, y ¡nos encantó!", prosigue la actriz, quien confiesa que, desde el primer momento, supo qué personaje quería interpretar, y Aitana, también.


Maribel Verdú y Aitana Sánchez Gijón -que asume el rol que en su día interpretó la francesa Isabelle Hupert- hacen pareja en el escenario con Pere Ponce y Antonio Molero, respectivamente, en un montaje que se estrena el 2 de octubre en el Teatro Alcázar, a las órdenes de la directora responsable de otras comedias ácidas como la versión madrileña de "El Método Grönholm" y de "Gorda".


El texto comienza cuando dos parejas se reúnen para debatir sobre una pelea que han tenido sus hijos en el parque. Al principio, todos mantienen una postura conciliadora, hasta que los papeles comienzan a perderse y derivan en una lucha de todos contra todos.