ARQUITECTURA

Venecia suspende la ceremonia de inauguración del puente de Calatrava

Las polémicas que han rodeado la construcción y las acusaciones que se siguen vertiendo sobre la obra arquitectónica han forzado la marcha atrás del ayuntamiento, que abrirá el puente a mediados de septiembre sin ninguna ceremonia extraordinaria.

El ayuntamiento de Venecia ha decidido cancelar la ceremonia de inauguración del puente sobre el Gran Canal de Venecia proyectado por el arquitecto español Santiago Calatrava tras las numerosas polémicas que han rodeado su construcción, anunció la concejala de obras públicas, Mara Rumiz,


En un primer momento, las autoridades municipales habían previsto inaugurarlo el próximo 18 de septiembre con la presencia del presidente de la República, Giorgio Napolitano, que tenía previsto viajar a la Ciudad de los Canales para asistir a un acto conmemorativo por el 60 aniversario de la Constitución italiana. Pero las polémicas que han rodeado la construcción y las acusaciones que se siguen vertiendo sobre la obra arquitectónica de Calatrava han forzado la marcha atrás del ayuntamiento, que abrirá el puente a mediados de septiembre sin ninguna ceremonia extraordinaria.


Los partidos derechistas en la oposición habían amenazado con iniciativas durante la ceremonia de inauguración para protestar por el elevado coste del puente respecto al presupuesto inicial.


También anunciaron protestas las asociaciones de minusválidos físicos, que denuncian que el puente se va a inaugurar sin que se haya completado el mecanismo de acceso para las sillas de ruedas.


La falta de un acceso para los minusválidos ha sido uno de los grandes problemas de la obra de Calatrava, por lo que se tuvo que improvisar una especie de ascensor para permitir cruzar el puente en silla de ruedas.


La concejala de obras públicas de Venecia explicó que la decisión de anular la ceremonia de inauguración se ha tomado "para evitar más polémicas y posibles actos de protestas ante el presidente de la República".


"Nadie está satisfecho de como ha concluido todo el asunto", dijo Rumiz, quien consideró no obstante que el puente "es bellísimo" y que "Venecia necesitaba una gran obra de arquitectura contemporánea".


"Nos hubiera gustado compartir con la ciudad este momento de fiesta, pero lo importante no es la inauguración sino que finalmente se cuente con un nuevo puente", añadió la concejala.


Rumiz aseguró que los ciudadanos venecianos y los turistas sabrán apreciar la originalidad de la construcción y su utilidad, ya que une las dos más importantes "puertas" de entrada y salida de la ciudad: la estación ferroviaria de "Santa Lucía" y la plaza de Roma.


El puente, el primero que se construye después de 125 años en esta ciudad, y que será el cuarto que cruzará el Gran Canal, junto a los de Rialto, Accademia y Scalzi, sigue dividiendo a los propios venecianos y al mundo del arte y la cultura.


"Me gusta. Además es útil y la utilidad es belleza. No es la clásica obra que va más allá del necesario o del exhibicionismo", afirmó el presidente de la Bienal de Arte de Venecia, Paolo Baratta, en una entrevista publicada hoy por el diario "Corriere della Sera".


Para Vittorio Sgarbi, famoso crítico de arte italiano, el puente "no es necesario y por tanto es inútil, peligroso y dañino" para Venecia. Además, a su juicio, "resulta feo" en la silueta de la histórica Venecia.


La construcción del puente de Calatrava ha estado rodeada de polémicas desde el inicio y está siendo investigada por la Fiscalía para aclarar los posibles peligros de un derrumbe de la obra.


Asimismo, la Autoridad de Vigilancia sobre las Obras Públicas, el Tribunal de Cuentas, y una comisión municipal extraordinaria, estudian el aumento del coste de la construcción que pasó de los 4,7 millones de euros previstos en el presupuesto inicial a los cerca de 20 millones que ha costado la construcción.


El aumento del presupuesto se ha debido a la necesidad de tener que improvisar en el último momento un mecanismo para que las sillas de ruedas puedan acceder al puente.


Además, cuando finalmente se termine, un equipo de técnicos tendrá que monitorizar las 24 horas del día y durante al menos cinco años los movimientos del puente ante posibles oscilaciones.