CINE

Miguel Morayta, cineasta español exiliado y sobrino de Franco, cumple 101 años

Artillero de carrera -"el oficial más joven que tuvo el Ejército español"-, apoyó al bando republicano en la Guerra Civil y, tras el conflicto, pasó mil aventuras por Francia y África hasta que llegó a México.

Lúcido y comunicativo, el cineasta español Miguel Morayta, uno de los exponentes de la edad de oro del cine mexicano, cumplió en México 101 años con una vida de película a sus espaldas. "A mí me han pasado cosas en la vida que... (se ríe), yo soy de otro planeta, no soy de aquí", bromea este director, guionista y productor de cine manchego, sobrino de Franco, que llegó a México en 1941 y no se volvió a marchar.


Artillero de carrera -"el oficial más joven que tuvo el Ejército español"-, apoyó al bando republicano en la Guerra Civil y, tras el conflicto, pasó mil aventuras por Francia y África hasta que llegó a México "en un transatlántico portugués". "No hay bando republicano, no hay más que gente que se subleva y gente que no, me pareció una locura de los compañeros", matizó este hombre nacido en 1907 en Villahermosa, en Castilla-La Mancha.


En un campo de concentración de la Francia ocupada, una vieja amistad con un fotógrafo alemán a raíz de su afición mutua por el cine le salvó la vida, ya que su amigo era entonces comandante de la Gestapo y le libró de morir fusilado.


Morayta describe con todo lujo de detalles su periplo durante y después de la guerra, recordando cada nombre y cada cara. "Al llegar a México nos recibió el Gobierno, nos dio 300 pesos (unos 20 euros de hoy) y a la calle, a buscarse la vida", recuerda con humor. Él se resistió a trabajar como sus compañeros en una fábrica. "Yo, al cine, dije".


Entonces comenzaba la edad de oro del cine mexicano, de la que saldrían directores como Emilio "El Indio" Fernández y en la que caminaban por el terrenal celuloide diosas de la pantalla como Dolores del Río y María Félix.


El condecorado militar ayudó a crear el sindicato de directores, el de escritores y de productores. Su primera película como director fue "Caminito alegre" (1944), a la que siguieron cerca de setenta más como realizador y decenas como escritor. "He filmado en toda América, no creo que haya un país en el que no lo haya hecho", apuntó. De su carrera se queda con "La guerrillera de Villa" (1969), que iba a protagonizar su paisana Sara Montiel. Sin embargo, un pleito con ella hizo que fuera sustituida por otro de los iconos españoles de la época, Carmen Sevilla, que la protagonizó junto al galán ibérico Vicente Parra.