LIBROS

Un libro repasa las conexiones entre la mafia y Hollywood

Tim Adler analiza la imagen que las películas proyectan sobre los gánsteres y la relación de estos con la industria del cine

Las conexiones entre el mundo del cine y el de la mafia se desgranan en el libro "Hollywood y la mafia", cuyo autor, Tim Adler, considera que mientras "El padrino" presentaba una imagen "romántica" del hampa, la serie "Los Soprano" es el espejo de la actual decadencia.


Adler cree que "es difícil ver la línea que separa Hollywood y la mafia, porque el cine de las grandes productoras ha enseñado a la mafia a comportarse públicamente, a moverse y a vestirse y, en correspondencia, la mafia ha mostrado a Hollywood cómo llevar sus negocios".


"Los gánsteres empezaron a hablar como personajes de 'El padrino', y de hecho el término 'padrino' que inventó el escritor Mario Puzo para designar al jefe de una familia criminal en la novela en la que se inspira el filme, era una palabra que la propia mafia no había utilizado nunca", subraya el autor.


Aunque el mundo de Hollywood era casi en su totalidad de origen judío y los mafiosos de ascendencia italiana, tenían un punto en común, advierte Adler: "Todos eran emigrantes en EE. UU., desde Louis B. Mayer y Meyer Lansky, de origen ruso; el cómico Danny Kaye y el gánster Bugsy Siegel, creador de Las Vegas, que habían crecido en la misma calle; o los abuelos de Frank Sinatra, que vivían en la misma calle que Lucky Luciano, todos de origen siciliano".


"Hollywood y la mafia" (Ediciones Robinbook) refleja la evolución que se ha producido en la relación entre el cine norteamericano y el mundo del hampa.


"El padrino" presenta una "imagen romántica" de lo que es la mafia, viene a ser "Lo que el viento se llevó" de las películas sobre la mafia, ironiza Adler.


La serie televisiva de "Los Soprano" refleja la actual decadencia: "Lejos de aquella mafia de los años veinte que quería controlar Hollywood, nos encontramos frente a pequeños ladronzuelos, mafiosos de clase media, cuyos hijos son contables, banqueros o abogados".


En su opinión, "Los Soprano" es quizá la producción que mejor refleja el mundo mafioso y no ve descabellado que los guionistas tuvieran contactos con el clan mafioso dominante de Nueva Jersey, "porque lo que explica es excesivamente riguroso, muy bueno", algo similar a lo que ya ocurriera con "Scarface" (1932), de Howard Hawks, que contaba con mafiosos como asesores en el mismo plató.