LITERATURA INFANTIL

Un cuento con final feliz

El escritor aragonés Daniel Nesquens publica un hermoso libro de relatos con trabajos de siete ilustradores, seis de ellos galardonados con el Premio Nacional. Lo publica Imaginarium en cinco idiomas.

Seis artistas galardonados con el Premio Nacional de Ilustración -Noemí Villamuza, Pablo Amargo, Isidro Ferrer, Elisa Arguilé, Javier Zabala y Elena Odriozola- y una joven promesa, ya toda una realidad, de la ilustración -Violeta Lópiz- han puesto imágenes a siete relatos del escritor aragonés Daniel Nesquens.


Nunca hasta ahora un autor aragonés había publicado un libro infantil tan bien acompañado pero, siendo esto noticia, lo mejor de "Siete días, 7 cuentos" (Imaginarium), es el tipo de proceso por el que ha visto la luz. La edición del libro es, en sí misma, un cuento. Un precioso cuento con final feliz.


Todo comenzó una noche durante una cena de varios ilustradores y escritores en casa de Isabel Martínez Gil, la responsable de la editorial Imaginarium. A los postres surgió un juego: cada uno votaría a los que, a su juicio son los mejores ilustradores de libros infantiles en España. Salieron siete nombres. Y a Isabel Martínez se le encendió una luz. "Desde hacía bastante tiempo tenía varios relatos de Daniel Nesquens para hacer un libro, pero no me decidía a elegir un artista que los ilustrara. Vi la lista que nos había salido y me dije, ¿por qué no? Siete ilustradores, siete relatos".


El sí de los académicos


Los cuentos, en cualquier caso, habían pasado ya el particular cástin al que somete todas sus publicaciones Imaginarium. "La profesora de la clase de mi hija pequeña, en el colegio Basilio Paraíso, había ido leyendo uno al día en voz alta y los niños los habían votado del 1 al 10", apunta la editora. Los más votados forman parte del libro.


"Cada libro tiene una historia detrás, y la de éste es una suma de casualidades. Nos ha costado cuatro años sacarlo adelante, pero ha sido más que nada por indecisión mía. Porque, por sorprendente que parezca, y aunque la mayoría de los ilustradores elegidos están siempre superagobiados de trabajo, todos se mostraron encantadísimos de colaborar en la idea. A todo el mundo le apetecía 'estar' en el libro de Daniel, al que todos respetan como profesional y aprecian como persona". Así que el libro empezó a cobrar forma. "A mí me daba miedo hasta maquetar -confiesta Isabel Martínez-.Al fin y al cabo, son todos profesionales de primer nivel, que se fijan en todos los detalles por mínimos que sean. Pero al final todo salió bien".


Para el final quedaba una decisión difícil: la portada. "Quería poner a todos y a ninguno. Pero fueron ellos mismos quienes me quitaron la idea de la cabeza y eligieron, de mutuo acuerdo, que fuera una ilustración de Elisa Arguilé la que figurara en portada. Al final Elisa optó por no repetir ilustración y eligió uno de los trabajos que había hecho sobre la misma idea".


Tirada de 3.500 ejemplares


El libro se vende ya en Imaginarium, que ha realizado una tirada de 3.500 ejemplares en castellano, catalán, portugués, italiano e inglés, para ser vendido en las tiendas de la cadena. Los cuentos son típicos del universo 'nesquensiano': una mezcla de situaciones cotidianas pero contempladas desde el absurdo, el disparate, el humor… "Yo no escribo de ogros ni de princesas -señala Daniel Nesquens-, me gusta hablar de la realidad doméstica, del día a día. Y me gusta enfocarlo todo con humor, que es una actitud ante la vida. Tal y como está hoy el mundo quedan cada vez menos motivos para reírse, pero tampoco hay que tomarse la vida muy en serio".


Ya, pero ¿de qué se ríen hoy los niños? "De lo que les hace gracia -apunta, sonriendo, el escritor-. No se puede simplificar: entre los niños hay tantos tipos de humor como entre los adultos, lo que quiere decir que lo que a unos les hace gracia a otros les deja indiferente. El problema de los niños de hoy en día es que ya no hacen pompas de jabón, ya no rompen cristales jugando al fútbol. Sus padres les llenan de actividades extraescolares y ya no les queda tiempo para nada, ni siquiera para reírse. Si jugaran en las calles, se reirían más".


Nesquens, en definitiva, está encantado por el resultado final del libro, por la delicadeza de la ilustración de Odriozola, el enfoque de Amargo, la ternura de Villamuza, el surrealismo de Ferrer… Pero, la noche de la cena, ¿a quién votó? "A Elisa Arguilé, una artista impresionante con quien el entendimiento es total. Elisa mejora siempre mis textos. Y luego, como siempre me gusta dar oportunidades a los menos conocidos, confieso que voté por Violeta Lópiz".