PINTURA

El largo viaje de un Zurbarán turolense

Un trocito de papel de periódico dio la pista para seguir las andanzas de un cuadro salido de un convento aragonés y que fue vendido en Londres.

De como los bastidores o las partes menos nobles de las obras artísticas pueden proporcionar abundante información, para rastrear las huellas de la historia de cada una de las piezas, sabe mucho el restaurador del Instituto de Patrimonio Histórico, José Antonio Buces, quien estos días dirige un curso de conservación en la Fundación Santa María de Albarracín.


Los números o grafías que suelen aparecer en los bastidores de los cuadros, y en este caso, un pequeño fragmento de un periódico inglés de época victoriana, han sido determinantes para reconstruir el viaje a lo largo de un siglo de una pintura de Zurbarán procedente de un convento de dominicos de Teruel, hasta acabar en la iglesia de Santa Bárbara de Madrid, donde actualmente se encuentra.


Todo comenzó cuando la Comunidad madrileña envío al Instituto de Patrimonio Histórico un lienzo que colgaba de la sacristía de la iglesia de Santa Bárbara para ser restaurado. En él se representaba a un monje mercedario vestido con la típica indumentaria blanca de esa orden, con tiara episcopal y una inscripción en la que se podía leer "San Carmelo, obispo de Teruel". Resultó ser una obra de gran calidad del artista extremeño del siglo XVII Francisco de Zurbarán, de la mejor época del artista.


José Antonio Buces, encargado de la restauración, se mostró intrigado por la procedencia de este Zurbarán, del que nada se conocía, así como por un misterioso y diminuto fragmento de un periódico inglés, adherido al borde de la parte frontal superior derecha, y por una serie de números y grafías en el bastidor.


Movido por su curiosidad, el restaurador recabó de su tía Enriqueta Harris, una famosa hispanista inglesa, una posible explicación de estos signos: "Ella me dijo que consultara el catálogo de ventas de las obras españolas de la colección del rey francés Luis Felipe, que se las llevó con él cuando se exilió a Inglaterra".


Tras consultar el catálogo de ventas de la famosa casa londinense Christie, el restaurador comprobó que el cuadro figuraba con el número 212 en un inventario, en donde también constaba que la obra de arte "fue obtenida, junto con otras piezas que también se relacionaban, en un convento de dominicos de Teruel, y adquirida a un canónigo de la catedral de esa ciudad", explica José Antonio Buces. En el mismo documento se detallaba que se vendió en 1853 por 30 libras esterlinas, y aportaba, además, otra valiosa información: que la compra fue realizada por Mister Terry, "seguramente -subraya el restaurador-, el testaferro de algún importante coleccionista".


El pequeño fragmento del periódico inglés, en el que tan solo se pueden leer unas pocas palabras, estaba adherido al lienzo, debajo de un papel engomado que el restaurador retiró para acometer la intervención. Según agregó, era habitual en esa época la utilización de papel de periódico para proteger la pintura de la abrasión cuando se ejecutaba un tratamiento de "rentelado, que consistía en reforzar el soporte original con una pasta especial y mucho calor. "Tras la intervención, debió quedar pegado ese trozo a la tela", apostilló.


Expolio napoleónico


José Antonio Buces cree que la pintura de Zurbarán pudo pasar a engrosar la colección del rey Luis Felipe de la mano de un mariscal de Napoleón que se llamaba Suchet y que estando en España fue nombrado duque de la Albufera. "Él vivía en Valencia y entra en Teruel en 1809, cuando José Bonaparte manda abolir los monasterios. Es de suponer que pudo desmantelar el convento de los dominicos -del que hay constancia documental que existía en la capital turolense hasta la Guerra Civil-, y expoliar las obras de arte que se encontraban en el inmueble, entre ellas el cuadro de Zurbarán dedicado a San Carmelo", señaló el restaurador. A su juicio, no es difícil pensar en una posible relación entre el militar y el rey francés.


Quedará pendiente, no obstante, para nuevas pesquisas el último capítulo de la odisea del cuadro turolense: ¿cómo y cuando llega a la iglesia madrileña de Santa Bárbara? José Antonio Buces tiene la teoría de que algún rico feligrés -probablemente aquel para el cual el testaferro inglés adquiere la obra en la galería Christie- lo donó al templo sobre 1905. Aporta esta fecha basándose en un documento del Museo del Prado en el que se refiere al lienzo de "San Carmelo, obispo de Teruel" como una de las obras que figuran en la exposición monográfica sobre Zurbarán que se organizó en el citado centro en el año 1906.