PATRIMONIO

El puente de Brooklyn celebra su 125 aniversario como icono neoyorquino

Pionero en conectar la isla de Manhattan con el vecino barrio de Brooklyn, es mundialmente conocido por sus cables de acero entrelazados, pues fue el primero que se construyó con esta técnica, que ahora resulta todo un derroche de ese preciado material pero que le dio una resistencia inusitada para la época.

El puente de Brooklyn, uno de los principales símbolos de Nueva York, celebra en plena forma su 125 cumpleaños, con una serie de actividades, pastel gigante incluido, que durarán cinco días y en las que participarán miles de personas.


El puente -pionero en conectar la isla de Manhattan con el vecino barrio de Brooklyn- es mundialmente conocido por sus cables de acero entrelazados, pues fue el primero que se construyó con esta técnica, que ahora resulta todo un derroche de ese preciado material pero que le dio una resistencia inusitada para la época.


La característica estructura colgante del puente y sus arcos neogóticos aparecen en todo tipo de películas, desde las clásicas de Woody Allen hasta "Godzilla", "Colverfield", "Deep Impact" o "Soy Leyenda", entre otras, y en las que a menudo es destruido por monstruos, tsunamis, el maligno Magneto de la Patrulla X o las fuerzas aéreas estadounidenses.


Pese a todo ese imaginario apocalíptico, el robusto puente sigue en pie soportando el tránsito de miles de personas cada día y para celebrar su 125 cumpleaños la ciudad de Nueva York ha preparado una serie de festejos que comienzan hoy con fuegos artificiales, conciertos y una iluminación especial de su cableado, que esta noche están bajo la amenaza de una persistente lluvia.


Tras el himno nacional, que va a cantar un sargento del Ejército de Tierra estadounidense, se celebrará una exhibición aérea de dos T-45 Goshawk y la actuación de la Filarmónica de Broooklyn y del grupo "Impact".


Una de las estrellas de la noche será el neoyorquino Marvin Hamlisch, el primero en ganar los tres Oscar en la categoría de banda musical por sus composiciones en "Tal como éramos" (1973) y "El golpe" (1973) y que estrenará una pieza dedicada al puente de Brooklyn, la estructura más representativa de Nueva York tras la Estatua de la Libertad.


El grueso de los actos acontece a orilla del East River, en el lado de Brooklyn, donde se encuentra DUMBO, acróstico para designar la zona que se encuentra debajo del puente que une ambos barrios neoyorquinos.


Desde allí, y con la participación del alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, y del presidente del condado de Brooklyn, Marty Markowitz, tampoco faltarán el pastel y el "Cumpleaños Feliz", que va a ser entonado por los miles de asistentes que se espera que acudan a ver en directo el encendido de un alumbrado que ha sido diseñado para la ocasión y del que se podrá disfrutar durante los cinco días de festejos.

Tunel con Londres


Coincidiendo con el cumpleaños, el artista Paul George también inaugura a orillas del río una original obra que "conecta" visualmente Londres y Nueva York, tratando de hacer real la leyenda de que existe un túnel subterráneo que une ambas ciudades.


La fiesta se prolongará durante el resto de la semana y parte de la siguiente, con música, cine, teatro, lecturas públicas, actuaciones en directo, picnics para disfrutar del atardecer y todo tipo de actos organizados por bares y locales cercanos al puente.


Igualmente, se organizarán visitas guiadas para dar a conocer la historia del primer puente colgante, plagada de aventuras y desgracias, como la de casi toda gran infraestructura.


Construido entre 1870 y 1883 y con sus más de 1.800 metros de longitud, el fotogénico puente fue diseñado por el ingeniero de origen alemán John Augustus Roebling, quien murió por el tétanos tras serle amputado un pie a causa de un accidente que ocurrió en el embarcadero durante las obras.


Entonces, su hijo Washington Roebling tomó las riendas, aunque tuvo un problema de descompresión, mientras trabajaba en los pozos de cimentación bajo las aguas del East River, que le impidió mantenerse a pie de obra.


Fue su mujer, Emily Warren Roebling, quien se encargó durante años de transmitir las órdenes de su marido a los obreros.


Cuentan que éstos tomaron cariño a la mujer, por lo que no es de extrañar que, al parecer, fuera ella la primera en cruzar el puente de piedra caliza, granito y cemento y que aún hoy haya una placa en el puente en la que los obreros le dedican la obra.


En los trece años que duró la construcción murió más una veintena de personas y se invirtieron más de 15 millones de dólares, pero 125 años después sigue permitiendo el paso de miles de peatones, bicis y coches cada día.


Para ello, cuenta con dos niveles de vías, uno inferior con seis carriles para coches y uno superior, peatonal, que fue inaugurado el 24 de mayo de 1883.


Aunque su estreno fue un éxito, poco después la broma de una mujer que decía que se estaba cayendo el puente causó una estampida en la que murieron doce personas.