INTERNET

Las discográficas piden una ley como la de Francia contra la piratería digital

Estados Unidos incluye a nuestro país en la 'lista negra' de quienes no combaten la piratería. España y Grecia, las dos naciones europeas que más temas 'bajan' de Internet.

El presidente de los Productores de Música de España (Promusicae), Antonio Guisasola, criticó ayer la "falta de voluntad política" para acabar con la piratería digital y exigió a los ministerios de Industria y Cultura que conciencien a los ciudadanos "del riesgo" de realizar descargas ilegales, una actividad ante la que, consideró, deben tomarse iniciativas como la del presidente Nicolas Sarkozy en Francia: "avisos" a los infractores y "castigos" en el caso de continuar utilizando la red para bajarse música gratis.


Y es que entre las actividades prioritarias de los jóvenes españoles se encuentra la de escuchar música (solo se ve superada por la de "salir con los amigos"), pero solo unos pocos -los seguidores de un determinado cantante o grupo- contemplan la necesidad de pagar el producto. "La gran mayoría descarga las canciones a través de la redes P2P (intercambio de archivos a través de ordenadores) y se reserva la paga de los padres para asistir a conciertos de sus artistas favoritos", aseguró el presidente de Promusicae, entidad que aglutina a gran parte de las discográficas españolas. Esta es una de las principales conclusiones del "Estudio cualitativo sobre actitudes hacia el uso y consumo de música en España", informe elaborado por la empresa de estudios sociológicos GFK Emer Ad Hoc Research.


La investigación de GFK se ha circunscrito a dos grupos específicos de población, los escolares de 15 a 17 años y los universitarios de 18 a 24. "Entre ambos varía el perfil de sus cantantes predilectos, pero no las actitudes generales en torno al consumo musical", dijo Guisasola. La música está por encima de otras siete actividades estelares de los jóvenes: navegar por Internet, ver películas, hacer (o ver) deporte, hablar por el móvil, ir de compras, jugar con la PlayStation y ver series de televisión. La lectura, según el informe, tiene carácter "residual".


Intercambio a través de redes


Los entrevistados confiesan ser plenamente conscientes de que el intercambio de música a través de redes P2P (Emule, Edonkey, BitTorrent o Ares) perjudica a los artistas y a la industria discográfica, pero en su descargo argumentan que la música es demasiado cara. "Ellos mismos reconocen que si no se implantan medidas disuasorias, como las existentes en Francia, continuarán bajándose música gratis", afirmó Guisasola.


En Francia aparecen avisos a los usuarios cuando estos pretenden consumir productos musicales o cinematográficos de matute. "En España podríamos hacer lo mismo que nuestros vecinos, es decir, amenazar a los infractores con cortarles la conexión a Internet, pero hay poca voluntad política para llevarlo a cabo", subrayó el director de Promusicae.


En este sentido, FACUA-Consumidores en Acción consideró ayer "un disparate" que España se plantease una normativa contra la piratería digital semejante a las políticas llevadas a cabo por Sarkozy. "La industria tiene que adecuarse a los tiempos, como hicieron con los sistemas de grabación analógicos, y subirse al carro de las nuevas tecnologías, evolucionar de la prehistoria digital", señaló su portavoz, Rubén Sánchez.


Desde FACUA recordaron que las "presiones" para modificar la ley "vienen de la industria y es una reforma que no nos gusta nada". "Es lamentable que la industria se empeñe en poner puertas al campo", apuntó Sánchez, quien consideró que se deben tomar medidas "sin prohibir" para que los ciudadanos compartan cultura a través de la red.


Además, Sánchez apuntó que diversos estudios demuestran que "las descargas en la red promueven las ventas" y que es "positivo" que existan redes de intercambio de archivos para difundir la cultura. No obstante, quiso recalcar que para FACUA "los autores son sagrados".


Soporte físico desprestigiado



Según los expertos, muchos jóvenes no quieren tener más cedés en casa, ni siquiera piden a los amigos copias en cedé vírgenes. "Ocupan demasiado sitio", dicen. Prefieren pasarse los archivos directamente al ordenador y, de ahí, a un reproductor portátil. "Los soportes físicos, en general, están desprestigiados, los jóvenes lo consideran cosa de frikis", dijo Guisasola.


Lo que está cada vez más extendido es el intercambio mediante los "messengers". Los jóvenes conversan en línea con docenas de amigos; en el transcurso de esas charlas se intercambian ficheros musicales. El "top manta", en cambio, está de capa caída. "Los chavales de ahora lo tachan de antigualla, algo del pasado, un acceso a la música que no compensa por la escasa calidad que ofrece".


El estudio de Promusicae se ha dado a conocer unos días después de la inclusión de España en la lista negra de Estados Unidos. La Lista Especial 301, clasificación de los países que no protegen suficientemente la propiedad intelectual ni toman medidas para combatir la piratería, ha vuelto a meter a España en el saco (tras unos años de exclusión) por "el incremento exponencial, particularmente crítico, de las descargas ilegales", según palabras del vicepresidente de la Asociación Estadounidense de la Industria Discográfica (RIAA), Neil Turkewitz.


"En Estados Unidos preocupa que el Gobierno español no haya sido capaz de arbitrar medidas para el creciente problema de la piratería por Internet", señala el informe de las autoridades comerciales estadounidenses. "España es uno de los peores países a este respecto; la percepción ciudadana es que el intercambio de archivos P2P es legal, los jueces no han impuesto ninguna sanción disuasoria y los propietarios españoles de derechos carecen de herramientas para defender su trabajo".


España ocupa junto a Grecia -en materia de la lucha contra piratería- el furgón de cola de la Unión Europea. Son los dos países que más música bajan de Internet.


Cerca de 60 países, de los cinco continentes, son señalados por la lista negra estadounidense. El listado lo encabeza, un año más, China (las copias ilegales representan un noventa por ciento del mercado), seguido de Rusia (una de cada dos copias es pirata), y México, donde, a pesar de los esfuerzos de su Fiscalía General, la piratería se ha vuelto a disparar al 71 por ciento.


Canadá también ha recibido un tirón de orejas por parte de Estados Unidos por su "reiterado fracaso en la modificación de su Ley de Propiedad Intelectual". Por el contrario, la Lista 301 alaba los ejemplos de Francia y Bélgica, que proponen suspender el acceso a Internet a los infractores frecuentes y pueden obligar -bajo mandato judicial- a poner determinados filtros que impidan el intercambio de archivos entre los internautas.