SUBASTAS

La crisis no llega a las subastas de Nueva York

Si las ventas de arte impresionista y moderno de Christie's y Sotheby's en esta semana han alcanzado cifras récord en tiempos de crisis, no se espera menos para las de arte de postguerra y contemporáneo que empiezan el martes en las sedes neoyorquinas de ambas firmas.




Las primeras grandes subastas de arte de este año en Nueva York muestran que hay numerosos coleccionistas dispuestos a pagar precios récord por una obra, a pesar de un entorno económico que no deja margen para muchas alegrías.


Si las ventas de arte impresionista y moderno de Christie's y Sotheby's en esta semana han alcanzado cifras récord en tiempos de crisis, no se espera menos para las de arte de postguerra y contemporáneo que empiezan el martes en las sedes neoyorquinas de ambas firmas.

"Tenemos mucha confianza en esta venta", declaró el director de ese departamento de Christie's-Nueva York, Robert Manley, quien recalcó los buenos resultados alcanzados durante el año en otros tipos de subastas, desde joyas hasta tapices, y también en ventas privadas.


"Todo indica que va a ser un éxito. Hemos detectado mucho interés en esta venta", agregó Manley sobre la subasta del próximo martes.

Entre la oferta de 57 lotes, el experto destacó el cuadro "No.15", de Mark Rothko, que podría venderse en torno a 40 millones de dólares, "Double Marlon", de Andy Warhol, que se prevé llegue a unos 30 millones y "Benefits Supervisor Sleeping", de Lucian Freud, que se ha estimado entre 25 y 35 millones de dólares.


En cuanto a Sotheby's, que realizará su venta de ese mismo tipo de arte un día después, la obra estrella es "Triptych, 1976", de Francis Bacon, considerado el trabajo más importante de este artista en manos privadas y que se espera encuentre un comprador dispuesto a desembolsar hasta 70 millones de dólares.


Otro lienzo de Rothko, "Orange, Red, Yellow", realizado en 1956, se confía en que supere los 35 millones de dólares.

Las millonarias cifras pagadas en el mercado del arte, en expansión en los últimos años, contrastan en EEUU con un fuerte retroceso económico, una aguda crisis crediticia, un debilitado dólar y un ambiente nada boyante en la Bolsa de Wall Street.


Esa situación, que afecta a la mayoría de los ciudadanos de este país, no parece influir mucho en el ánimo de los compradores en la primera semana de grandes ventas de las casas de subastas.


En un solo día, el pasado martes, Christie's vendió obras de arte impresionistas y modernas que totalizaron 277,3 millones de dólares, la tercera cifra más elevada para una oferta de ese tipo, aunque ligeramente por debajo de las previsiones de los expertos de esa firma.

Obras de Claude Monet (41,4 millones), Alberto Giacometti (27,5) Auguste Rodin (18,9) y Joan Miró (17) establecieron nuevos récords de venta en subasta para esos artistas.


La oferta de ese mismo estilo de obras al día siguiente en Sotheby's también registró precios récord en obras de Fernand Léger (39,2 millones), Edvard Munch (30,8) y Giacometti en pintura (14,6).

El total de ventas ascendió a 235,3 millones de dólares, en la zona media de lo que había calculado la firma con antelación.


El copresidente mundial de Arte Impresionista y Moderno en Sotheby's, David Norman, manifestó que ese día le habían preguntado más que nunca cómo creía que iba a ir la venta.


"En el mercado del arte había gran expectación y algo de temor sobre los resultados de la venta y si serviría de referencia acerca de hacia dónde va el mercado", reconoció el experto ante la prensa.


"El que se haya vendido un 90 por ciento sobre el valor de lo ofertado es un resultado fantástico e indica que el mercado es sólido y marcha muy bien", afirmó Norman, que también resaltó que hubo un interés comprador muy extendido en lo geográfico.


En esa velada predominaron los coleccionistas estadounidenses, que se llevaron a casa el 67 por ciento de las obras, mientras que los europeos se quedaron con el 27 por ciento.


En Christie's, las ventas de ese día habían estado dominadas por los compradores europeos (52%) y se detectó un buen ánimo comprador en coleccionistas rusos, mientras que los estadounidenses compraron el 32 por ciento de lo ofertado.