CINE

La televisión desaloja al Estado como principal apoyo de la producción cinematográfica española

Esteve Rimbau y Casimiro Torreiro publican un exhaustivo estudio sobre este sector que se mueve entre el Estado y el mercado.

La televisión ha desalojado al Estado como principal apoyo de la producción cinematográfica española. Históricamente, las subvenciones han sido "importantísimas" para los productores, que en la actualidad no gestionan la financiación de una película "si no tienen una cadena detrás. Las televisiones, públicas y privadas, son el motor económico de este sector, la principal fuente de recuperación de lo invertido", aseguran


Esteve Riambau y Casimiro Torreiro, autores de 'Productores en el cine español. Estado, dependencias y mercado', voluminoso libro en el que analizan la historia de la producción audiovisual en España y su dependencia del Estado y el mercado.


Figura desconocida para el gran público, el productor, "que no es el que pone el dinero en un filme porque en Europa es el profesional que gestiona el capital" y las más de mil empresas que han respaldado más de cinco títulos en nuestro país, han sido investigados durante siete años por estos dos historiadores y especialistas de nuestra cinematografía, que se detienen en el soporte que en los últimos años ha hecho la pequeña pantalla a la grande.


Cambio de actores porque se ha pasado de la subvención a los derechos de antena, de desatender el cine patrio a intervenir "de manera muy activa. Hoy en día no se puede entender la producción española sin el apoyo de todo lo que rodea a estos medios. Estas grandes sociedades del audiovisual se han convertido en la principal fuente de financiación privada. Otra cosa es lo que se produce", apuntan Riambau y Torreiro, para los que, a pesar de haber perdido peso, la función del Estado es apoyar la producciones independientes "para que se de una diversidad".


En este exhaustivo estudio sobre la producción que publica Cátedra, sus autores repasan el cine español -"que en la mayoría de sus 110 años de historia ha estado tutelado por el Estado", apuntan-, citan las cerca de 9.000 películas que se han producido y se detienen en las más de mil empresas y 400 productores de nuestro cine desde la República -no existía una legislación específica lo que se traduce en una precariedad de la que se salió en el Franquismo y se corrigió "parcialmente" en la Democracia- hasta nuestros días.


Como datos curiosos, Riambau y Torreiro apuntan que no hay ninguna productora que salte del mudo al sonoro; que ninguna compañía ha sobrevivido a su propietario-fundador; y que en la República, a pesar del mito, se dio una producción muy limitada. "No fue El Dorado", destaca Torreiro, que también declaró que, desde el Gobierno de Felipe González, se ha dado "una convergencia en la protección del cine español. Y ahí está la obligación de las televisiones de invertir el 5% en cine español", añade.

De Cesáreo González a Andrés Vicente Gómez


La censura, la cercanía de los productores del poder, tanto político como económico -un ejemplo de las buenas relaciones entre estos profesionales y el poder está en que en los años veinte Casa Real tenía acciones en una productora y varios ministros del franquismo eran miembros de los consejos de administración de estas empresas-y los cerca de 170 largometrajes que el año pasado se lanzaron en nuestro país, donde se produce "por encima de las necesidades del mercado", son también capítulos de esta obra de consulta, que destaca que cada periodo histórico "ha dado para un gran productor y muchísimos anecdóticos".


Para estos dos historiadores, "el gran producer" de nuestro cine fue Cesáreo González, que creció al amparo del franquismo, "pero siempre se volcó en el gran público. En su tiempo, fue el que más dinero ganó con películas de Lola Flores, Sara Montiel, Joselito...Tuvo una visión global porque tenía un pie en España y otro en América Latina", destacan.


Antes de Cesáreo González, la gran compañía de los años 40 fue Cifesa, que lanzaba 5,3 películas anuales. Después, fueron cogiendo el testigo Suevia -con 7,6-, Alfonso Balcázar -con 8 títulos anuales-, Alfredo Matas y Saínz de Vicuña -25 cintas- y en los 80-90 Andrés Vicente Gómez, que en esa década respaldó 40 filmes anuales.


Elías Querejeta es otro de los productores que han dejado su impronta. "Pero él es independiente, no se puede comparar a esas grandes productoras de antaño y tampoco a las actuales ligadas a las televisiones, apostillan.