FESTIVALES

El Tremendo Pop atrajo hasta Monzón a 2.500 personas

El festival indie ha ofrecido este fin de semana varios conciertos en la Asociación San Mateo.

El Tremendo Pop Festival (TPF) bajó el telón ayer tarde en Monzón con la actuación del músico local Jorge Callén. Atrás han quedado dos intensos días repletos de la mejor música indie española y francesa -de la mano de Babamars-, que han atraído a cerca de 2.500 personas llegadas de Huesca, Zaragoza, Barcelona, Lérida o Logroño. Esta buena respuesta del público y los elogios que ha recibido el TPF de los asistentes, los grupos y las autoridades políticas invitan a soñar con la continuidad de este incipiente pero sólido festival de música alternativa.


Así lo manifestaba Agustín Loscertales, organizador del TPF junto con Antonio Villanova (DJ Tupe): "Hemos tenido un ambiente inmejorable. Estamos gratamente sorprendidos, las sensaciones son increíblemente buenas y el balance es excelente, porque todo ha salido a la perfección y la gente se ha ido contenta. Teníamos muchas expectativas y las hemos cumplido de lleno".


El TPF arrancó el viernes, con la presencia de los locales Up Yours, The Cigrones, Dynamo y De Vito, Deluxe como cabeza de cartel y Babamars. Además, los DJ Jesús Ordovás y Amable hicieron bailar a un millar de personas.


El sábado, el cartel formado por Copiloto, Estereotypo, The Blows, Standarda, Delorean y los electrónicos The Pinker Tones -más las sesiones de DJ Tupe y David Kano DJ- atrajo a unas 1.500 personas.


Paralelamente a las actuaciones, que tuvieron lugar en la Asociación San Mateo, el Espacio Joven acogía la muestra fotográfica "Música y compromiso", cedida por la DPH, y la exposición virtual "25 años de pop de Radio 3", realizada por el periodista y "gurú" musical Jesús Ordovás, que ejercía de padrino de este festival.


"El TPF me parece fantástico. En principio no es el Summercase o el de Benicásim, aunque hay que tener en cuenta que el de Benicásim nació en un pequeño pueblo de la costa y a la primera edición fueron unas 500 personas. Al TPF ha venido más gente que a la primera edición de Benicásim, y muchos de los grandes festivales que se celebran hoy en día -como el Viña Rock, que atrae a 50.000 personas- han empezado en pueblos y a las primeras ediciones han ido 500 o 1.000 personas. Si el TPF continúa, se puede convertir en uno de los mejores festivales medianos y a lo mejor, con el tiempo, en uno de los grandes", auguró Ordovás.