José-Carlos Mainer: "Las formas fascistas de cultura eran esencialmente modernas"

El fascismo fue también un proyecto cultural, una forma de entender las relaciones entre el Arte y el Poder. El catedrático de Literatura de la Universidad de Zaragoza José-Carlos Mainer ha dedicado buena parte de sus desvelos a estudiar ese proyecto cultural, a arrojar luz, clara y sin contaminación, sobre ese fenómeno tan controvertido. En 1989, hace ahora casi 20 años, publicó "La corona hecha trizas", un estudio en el que desvelaba las claves de la literatura fascista española entre 1930 y 1960. Ahora acaba de publicar una segunda edición, en la que ha podado y añadido textos, actualizando y enriqueciendo contenidos.

"Las formas fascistas de la cultura que se dieron en la primera mitad del siglo XX -aseguraba ayer-, eran esencialmente modernas. Culturalmente, el fascismo pertenecía a la modernidad en la medida en que rompía con la tradición, con lo heredado. No hubo, en aquel momento, ninguna contradicción o incompatibilidad entre fascismo y vanguardia". "La corona hecha trizas", que ha sido publicado por la editorial Crítica en su colección Letras de Humanidad, ofrece nuevos perfiles de los intelectuales de la España de los años 30-60, de la obra y el influjo de figuras tan discutidas como Ernesto Giménez Caballero, de las novelas inspiradas en la guerra civil... Mainer distingue entre los fascismos. "El italiano fue el más sensible a la modernidad -subrayaba-, mientras que el nazismo era el más lúgubre y existencialista. Hitler era un hombre arcaizante y de mal gusto. Y el falangismo... se acercaba un poco al fascismo italiano. Ledesma Ramos era moderno, José Antonio tenía afición a la poesía y leía a Ortega...".

La obra fue presentada ayer en La Casa del Libro por el autor y el historiador Carlos Forcadell, para quien Mainer "ofrece una obra intelectual que es mucho más que intuición y estilo. En sus escritos hay mucho trabajo".