CONGRESO

Japón: más cerca

Un congreso en la Universidad de Zaragoza reflexiona sobre el momento actual del país y su variada influencia en Occidente

España vive un "neojaponismo". Todo lo que viene de ese "pequeño" archipiélago del Pacífico, de pujante economía y rica cultura tradicional y de masas, provoca interés en Occidente. Al estudio de la influencia de ese país en la actualidad se dedican en estos días los participantes en el IX Congreso de la Asociación de Estudios Japoneses en España, que desde el lunes y hasta mañana se desarrolla en la Universidad de Zaragoza.


Los profesores Elena Barlés y David Almazán, del Departamento de Historia del Arte de la Facultad de Filosofía y Letras, llevan meses preparando este encuentro de estudiosos, que reúne a más de 150 alumnos y 60 ponentes. Éstos provienen de todos los rincones de España y también de distintas universidades japonesas.


En el transcurso de la semana, varios alumnos de la Universidad de Zaragoza presentarán comunicaciones basadas en sus trabajos. Por debajo de la lupa de estos investigadores sociales, han pasado desde el Derecho japonés, su paralizada reforma constitucional o las claves de su economía, hasta el amplio espectro de sus manifestaciones artísticas.


Almazán, que presenta una comunicación sobre el "neojaponismo", explica en que consiste este fenómeno: "Está claro que, en este siglo, Asia es la región más importante del mundo. No solo está Japón, también la India y China. La Universidad no podía dejar de ver esta realidad". España, afirma, igual que toda Europa, ya vivió un periodo de "japonismo" en el siglo XIX. "El arte y la cultura de ese siglo no se entienden sin la influencia nipona. Van Gogh y todo el impresionismo bebían de la iconografía japonesa. Estos iconos llegaban a través de abanicos, lacas o la ópera, por ejemplo, con 'Madame Butterfly'. Hoy, nos sigue fascinando esa cultura tan exótica, lejana e influyente, pero a través del manga, el anime, el cine o los videojuegos", señala el profesor.


"Es tanta la influencia japonesa, que la vemos como nuestra", dice Almazán, que pone de ejemplo el estilo "kawaii" - que se puede traducir como "mono", "bonito"-, la versión pop de la cultura japonesa que está completamente integrada en la moda y la estética de los más jóvenes. "Este estilo, que es fácil y directo, pseudoinfantil, convive con otros muy implantados, como el zen, el minimalismo...", afirma. Sin duda, Japón está más cerca que nunca en este mundo globalizado donde cualquier distancia se salva a través de un cable de fibra óptica.


Amor correspondido.


¿Es recíproco el amor entre España y Japón? "Está claro. Los japoneses viajan a menudo a España, y no se quedan en la playa tomando el sol, sino que visitan las ciudades. Conocen Barcelona, les gusta Granada, admiran a Gaudí, el flamenco, y se salen de los recorridos turísticos habituales. Además, el arte español se conoce allí, se hacen exposiciones, y en cuanto a estudio del idioma, el español ha superado ya al francés", comenta el historiador del arte. "España, con Portugal, fue el primer país interlocutor con Japón en el siglo XVI. Lo que hay que hacer es recuperar ese espíritu".


Por suerte, la Universidad, "institución tradicionalmente conservadora", según Almazán, ha apoyado estos estudios. La licenciatura de Historia del Arte incluye desde hace años una asignatura obligatoria sobre arte oriental. "Los alumnos pasan por aquí, y se enganchan", dice el profesor, y la prueba es que el salón de actos donde se celebra el congreso "Japón y el mundo actual" está a rebosar. Por su parte, Elena Barlés solo espera que el éxito de este congreso sirva para poner de relieve que "Japón tiene muchas cosas que aportar al mundo".