BICENTENARIO DE LOS SITIOS DE ZARAGOZA

La falta de comida y las epidemias determinaron la rendición de Zaragoza en los Sitios

Expertos del VI Congreso de Historia Militar debaten en Zaragoza las circunstancias que vivió la ciudad durante los Sitios de 1808. La precaria asistencia sanitaria fue al que "determinó la rendición de la ciudad", señala el teniente coronel Luis Arcarazo, que recuerda que la capital aragonesa quedó con tan solo 10.000 habitantes tras la guerra.

El jefe de los Servicios Sanitarios de la Academia General Militar de Zaragoza, el teniente coronel Luis Arcarazo, aseguró este jueves que la falta de alimentos y las enfermedades determinaron la rendición de Zaragoza en los Sitios durante la Guerra de la Independencia Española.


Así lo indicó Arcarazo durante su intervención en la cuarta jornada del VI Congreso de Historia Militar que se celebra esta semana en la capital aragonesa, y que esta jornada ha abordado cuestiones como el reclutamiento, la gestión de prisioneros, la formación de los oficiales o la sanidad.


A su juicio, la asistencia sanitaria en Zaragoza durante toda la guerra es "una faceta bastante desconocida" ya que se trata de "la parte menos gloriosa de los combates", pero insistió en que es "imprescindible en cualquier conflicto" y además fue la que "finalmente determinó la rendición de la ciudad".


En 1808 la ciudad contaba con colegios de médicos, cirujanos, boticarios e incluso instituciones hospitalarias, como el Hospital de Nuestra Señora de Gracia, uno de los pocos centros medicalizados de la época, o el Hospital de Convalecientes, dijo el teniente coronel, quien insistió en que a pesar de todo "la medicina no estaba a la altura de las circunstancias en cuanto a conocimientos y preparación de los médicos".


Otro de los problemas, en su opinión, fue la logística, ya que en los cuarteles había más de 100.000 personas y se sufría la falta de alimentos e higiene, el hacinamiento y los combates, que se tradujo en una epidemia de tifus "que fue la que diezmó realmente la guarnición", explicó el ponente.


Tras el segundo Sitio, en el momento en que Zaragoza se rinde y sale la guarnición superviviente -aproximadamente 9.000 personas- y los franceses ocupan la ciudad, "se estima que habían fallecido unas 54.000 personas, y en los meses siguientes, mientras se sanea Zaragoza, morirían 8.000 más".


La capital aragonesa "quedó reducida a 10.000 personas", dijo Arcarazo, "un bache demográfico gravísimo que hipotecó el crecimiento de Zaragoza en todo el siglo XIX".


Por su parte, el catedrático de la Universidad de París III-Nueva Sorbona Jean Rene Aymes ha tratado en este Congreso un aspecto "poco conocido" como es "la gestión de prisioneros".


La deportación a Francia se explica, a su juicio, teniendo en cuenta "las insuperables dificultades que hubiera supuesto en España, para los militares imperiales, la organización de lugares de detención, la vigilancia de los hombres y su abastecimiento".


Rene Aymes estimó la cifra de deportados en 50.000, entre los que se encuentran los vencidos en los campos de batalla, las guarniciones de las ciudades sitiadas y conquistadas, algunos cabecillas, eclesiásticos tenidos por peligrosos y los parientes de guerrilleros conocidos.