"EL ORFANATO" FUE LA MÁS GALARDONADA

“La soledad” triunfa en los Goya más repartidos

Como era de esperar, ¿El orfanato¿ fue la más galardonada con siete goyas, si bien el protagonismo recayó en el drama ¿La soledad¿, que triunfó en las tres categorías en las que estaba nominado, entre ellas las de Mejor Dirección, para Jaime Rosales, y Mejor Película.

Enrique Abenia (HERALDO.es)

En la XXII edición de los Goya hubo premios para casi todos. “El orfanato” y “Las 13 rosas” lideraron el cómputo global de galardones, siete y cuatro, respectivamente, pero las películas pequeñas, o al menos con una pretensión comercial no tan marcada, se hicieron un hueco en la noche del cine español. Los dos primeros filmes acapararon el reconocimiento en el apartado técnico, pero los goyas de mayor peso fueron a parar a obras de autor como “Siete mesas de billar francés”, “Bajo las estrellas” y la arriesgada (narrativa y estilísticamente) “La soledad”, siendo esta última la gran triunfadora al conseguir tres premios, entre ellos los de Mejor Dirección, para Jaime Rosales, y el de Mejor Película. El palmarés resultante refleja el intento de la Academia por premiar largometrajes de gran repercusión en las taquillas, otros más acordes con los géneros más frecuentes en la industria y otros que, desde esa perspectiva, buscan alejarse del estilo imperante.


Un año más, y a pesar de las numerosas pausas publicitarias, la gala destacó por su agilidad. El humorista José Corbacho, con su particular estilo y vestimenta, presentó la ceremonia de forma acertada, sin acaparar protagonismo y con una serie de gags, algunos más efectivos que otros, cuando menos simpáticos. Predominaron los guiños a las películas nominadas y bromas a costa y con la colaboración de los asistentes al acto. Resultaron llamativos los comentarios irónicos ante la ausencia de Pedro Almodóvar y José Luis Garci, la alusión a las palabras que pronunció en la anterior edición Ángeles González-Sinde (no como el discurso de la presidenta de la Academia, demasiado denso e institucional), y la despedida de Corbacho, caracterizado como Javier Bardem en “No es país para viejos”. La dificultad de algunos de los actores para abrir el sobre con el nombre de los premiados fue otra de las anécdotas de la noche.


Premios destacados


En lo que al ámbito cinematográfico se refiere, los premios al drama “La soledad” han servido para ensalzar el atrevimiento de su director al apostar por nuevas formas de expresión y poner de relieve una película que, en su estreno el pasado junio, pasó desapercibida en la cartelera, al contrario que para los críticos. Jaime Rosales narra una historia intimista mediante la denominada “polivisión”, que consiste en dividir la pantalla en dos para mostrar a la vez diferentes ángulos y puntos de vista de lo que ocurre, todo ello para lograr un mayor distanciamiento formal, que no emotivo, del relato. Además de los goyas a la Mejor Dirección y Mejor Película, “La soledad” también ganó el premio al Mejor Actor Revelación, que recayó en José Luis Torrijo.


“La soledad” no fue la única sorpresa. Alberto San Juan se llevó el Goya al mejor actor por su papel en la alabada tragicomedia “Bajo las estrellas”, cuyo director, el novel Félix Viscarret, triunfó en el apartado al Mejor Guión Adaptado. Al recibir la estatuilla del célebre pintor aragonés, San Juan, además de los típicos agradecimientos, aprovechó para, como suele ser habitual en él, lanzar un mensaje reivindicativo y criticar, fuera de tono, a la Conferencia Episcopal. Aunque de forma minoritaria, los Goya tampoco estuvieron exentos de carga política.

Maribel Verdú fue otra de las grandes protagonistas al ganar el Goya a la mejor actriz, una de las categorías que más expectación habían generado por el duelo interpretativo que mantiene con Blanca Portillo en “Siete mesas de billar francés” y la presencia de Belén Rueda, además de la de Emma Suárez. En su quinta nominación, la madrileña recibió emocionadísima de manos de José Coronado su primer Goya. La película de Gracia Querejeta también logró el premio a la mejor actriz de reparto para la veterana Amparo Baró. Como era de esperar, Manuela Velasco completó los galardones en el apartado femenino al alzarse con el Goya a la Mejor Actriz Revelación por “Rec”, en la que hace de sufrida reportera de televisión.


Juan Antonio Bayona, como estaba cantado, fue galardonado con el Goya a la Mejor Dirección Novel por la taquillera “El orfanato”, filme que, además de triunfar en las categorías técnicas, lo hizo en la de Mejor Guión Original. El premio y la trayectoria comercial de la película le auguran un futuro prometedor a Bayona, quien de momento ha rechazado realizar el “remake” estadounidense de “El orfanato”.


Se ha hablado de los filmes agraciados pero, en el lado opuesto, llamó la atención que se fueran de vacío “Oviedo Express”, con siete nominaciones, “Mataharis” (6) y “Luz de domingo (5).

Homenajes


Alfredo Landa no ganó como mejor actor, pero se llevó la mayor ovación de la noche al recibir el Goya de Honor después de que fuera objeto de una broma de Corbacho sobre el “landismo”, con suecas incluidas. En un emotivo discurso, y casi sin articular palabra, el veterano intérprete se despidió de una vida dedicada al cine y pidió la presencia en el escenario de su mujer y sus hijos mientras los asistentes, puestos de pie, le aplaudían. Al igual que en ediciones anteriores, en la sección “In memoriam”, los profesionales de la industria recientemente fallecidos recibieron su homenaje, con mención especial para Fernando Fernán Gómez, protagonista de un bonito montaje.