RELIGIÓN

Viajan de Aragón a Roma los expedientes de 112 "mártires" de la guerra para su canonización

Tres archivadores guardan los más de 3.000 folios que recogen la vida y muerte de 112 personas en Aragón, consagrados a la vida religiosa o laicos con convicciones católicas, que murieron violentamente durante la Guerra Civil. Para la Iglesia son mártires y, como tales, tienen derecho a un hueco en el santoral. Ayer, en una solemne ceremonia en la Casa de la Iglesia de Zaragoza, se clausuró la fase diocesana del proceso de canonización de estas personas. Los expedientes pasarán, en breve, a ser examinados por Roma.


Este procedimiento se inició el 12 de septiembre de 2001 cuando el postulador, Mariano Mainar, pidió permiso al entonces arzobispo de Zaragoza, Elías Yanes, para iniciar las investigaciones. Tuvieron que pasar cinco años hasta que la Santa Sede dio su beneplácito, el 21 de marzo de 2006. Un mes después, Manuel Ureña, ya arzobispo de la capital aragonesa, publicó el decreto de introducción de la causa y confirmó a Mainar como postulador. También dio su bendición al tribunal histórico que llevaba ya años recabando información sobre los presuntos mártires.


El 21 de abril de 2006 se abrieron las sesiones de trabajo, 150 en total. El resultado se guarda en los tres sencillos archivadores que ayer ocupaban un lugar preferente en el salón de actos de la Casa de la Iglesia. Las dos copias que de los expedientes se han realizado serán transportadas en breve a Roma por José Luis Cepero, delegado de la diócesis de Zaragoza para las Causas de los Santos. Entonces, solamente quedará esperar la respuesta que dé la Santa Sede al respecto.


Fue el propio Cepero el que abrió el acto y repasó los avatares del proceso. Ante un nutrido auditorio, entre el que se encontraban familiares directos de alguno de los "mártires", fue desgranando un rosario de "horas de trabajo, esfuerzo y dedicación" destinadas a recabar toda la información sobre lo acontecido en los primeros meses de la contienda, cuando murieron estos 112 candidatos a santos.


"La Iglesia no hace política"

El proceso, aseguró, "no está encaminado a despertar desavenencias ya superadas" entre los españoles, ya que, a su juicio, los cristianos deben "practicar el perdón sin perder la memoria de los mártires". "La Iglesia no necesita hacer política, sino mostrar testigos que obliguen a cumplir con honestidad la fe cristiana", aseguró.


En la misma línea incidió el obispo de Teruel-Albarracín, José Manuel Lorca, quien negó que la Iglesia realizara estos procesos "fruto de un momento calenturiento para fastidiar a determinado gobierno". "Cuando tuvo lugar la beatificación de 498 mártires se vertieron ríos de tinta para criticar que la Iglesia sacara a relucir el tema, pero es que la gente no sabe la cantidad de tiempo que lleva un procedimiento de estas características", aseguró.


Por su parte, Alfonso Milián, obispo de Barbastro, destacó que su diócesis es, "en proporción, la que mayor número de mártires tiene de España". "Todo lo que tenga que ver con ellos me toca la fibra sensible", explicó.


Cerró el acto el arzobispo Manuel Ureña, quien destacó que los candidatos a santos, hombres y mujeres sencillos, dieron testimonio de que la vida humana "depende de la verdad, la que el hombre puede descubrir con sus propias fuerzas".