LITERATURA

Un libro saca a la luz cartas inéditas de Miguel Mihura

Las epístolas pertenecen a un período de tiempo comprendido entre 1928 y 1977 y han sido ordenadas cronológicamente por el profesor, lo que posibilita que su lectura "ilumine con una luz nueva determinados acontecimientos de la vida del dramaturgo".

El libro 'Epistolario selecto de Fuenterrabía (1928-1977)'  (Editorial Renacimiento), del filólogo José Antonio Llera, saca a la  luz 52 cartas inéditas pertenecientes al legado personal de Miguel  Mihura que permiten reconstruir su trayectoria profesional y vital, así como los vínculos que lo unen a la llamada "otra generación del 27".

En declaraciones, Llera explicó que las cartas que  conforman el libro han sido seleccionadas de un archivo privado que  los hermanos Mihura legaron al matrimonio Ruiz-Villandiego, vecinos  en la localidad de Fuenterrabía (Guipúzcoa), a quienes les unían una  gran amistad.

Las epístolas pertenecen a un período de tiempo comprendido entre  1928 y 1977 y han sido ordenadas cronológicamente por el profesor, lo  que posibilita que su lectura "ilumine con una luz nueva determinados  acontecimientos de la vida del dramaturgo". Según Llera, en el legado de Mihura se encuentran en total un  centenar de cartas, que se pueden dividir en profesionales, amistosas  e íntimas. El profesor se ha ocupado de los dos primeros grupos por  ser los "más interesantes" a la hora de trazar un perfil biográfico  de Mihura.

Las cartas seleccionadas forman, en palabras del filólogo, una  "especie de línea discontinua gracias a la cual se puede trazar un  perfil biográfico, una suerte de línea punteada a partir de la que  podemos recortar la silueta de este personaje". Entre las cartas amistosas, el académico reproduce la  correspondencia mantenida entre Mihura y Edgar Neville, Tono o López  Rubio, entre otros, que evidencian la relación existente entre los  miembros de la generación de humoristas del 27. 

"Lo sabemos prácticamente todo de la Generación del 27 de los  poetas, pero es mucho lo que desconocemos sobre este grupo de  humoristas", lamentó Llera. Por ello, entiende que recuperar esta  correspondencia es "poner la primera piedra para reconstruir la red  de vínculos que existía entre ellos", como colaboraciones en  revistas, obras de teatro o películas, entre otros.Poncela lo acusa de plagio

Según el profesor, la carta estrella de este grupo se corresponde  con la enviada por Jardiel Poncela en la que el dramaturgo lo "acusa  de plagio" y que Mihura tildó en más de una ocasión de  "impublicable". Se trata de una carta "muy rabiosa, llena de  envidia", en la que Poncela realiza esta acusación "sin mucho  fundamento, porque aunque es cierto que tocaban temas parecidos, cada  uno desarrolló un estilo propio", apuntó.

"Poncela, que gozaba de una importante popularidad, ve como un  alevín empieza a escalar y siente angustia porque él quería ser el  humorista estrella de la generación, al igual que Ramón Gómez de la  Serna lo había sido de la anterior", aclaró.

Por otro lado, las epístolas de cariz profesional datan sobre todo  de la época de la Guerra Civil, cuando era director de 'La  Ametralladora', y de su etapa al frente de 'La Codorniz', y revelan  sus relaciones con los gestores de las mismas así como con miembros  de los órganos de gobierno.

Algunas, como las que cruzó con el periodista y diplomático Manuel  Aznar, en la que éste responde a una queja de Mihura por no haber  sido invitado a una fiesta organizada con motivo del estreno de la  película 'Raza', que acababa de rodar Sáenz de Heredia con guión de  Franco, u otra del jefe de Prensa Nacional del momento, Pedro Gómez  Aparicio, muestran que "los camisas viejas nunca lo consideraron uno  de los suyos y que la presión del dirigismo ideológico planeo siempre  sobre su cabeza", señaló Llera.

Según el profesor, aunque Mihura colaboró en los medios de  propaganda de los vencedores de la Guerra Civil, "no poseía un  ideario falangista claro". "Era un hombre de ideas liberales y muy  individualista al que le interesaba vivir bien, por lo que cuando le  propusieron dirigir 'La Ametralladora' le pareció una idea  estupenda".

Prueba de ello, es que el dramaturgo cultivó cada vez con mayor  asiduidad, sobre todo en 'La Codorniz', un "humor blanco", desvestido  de sátira hiriente y crítica política, muy ligado al ingenio y  heredero del de Gómez de la Serna, el humor que "realmente le  interesaba".Autor

José Antonio Llera es doctor en Filología Hispánica por la  Universidad de Extremadura. Especialista en poesía española  contemporánea y en el grupo de humoristas de la generación del 27. Ha  publicado tres monografías: 'El humor verbal y visual de La Cadorniz'  (2003), 'El humor en la obra de Julio Camba: lengua, estilo e  intertextualidad' (2004) y 'Los poemas del cementerio de Luis  Cernuda' (2006). Es también autor de dos poemarios: 'Preludio a la  inmersión' (1999) y 'El monólogo de Homero' (2007).