Llegada a Buenos Aires

Tras doce horas de vuelo y dos escalas técnicas en Guayaquil y Antofagasta Héroes del Silencio ya están en Argentina.

El avión en el que se trasladan los Héroes por su gira americana, en una de las escalas técnicas.
El avión de Héroes en la gira 2007
Pablo Ferrer

Señores, llegamos a Buenos Aires. Un viaje un poco pesado, por ser generosos. Dos escalas técnicas en Guayaquil (Ecuador) y Antofagasta (desierto chileno de Atacama) y doce horas de vuelo, más una espera inicial en el aeropuerto de Guatemala porque el avión no había llegado de México. Es chulete, el pájaro volador que se han mercado los Héroes, operado por Republic Air. El año pasado llevó de gira a la mismísima Shakirita Mebarak y al gran Diego Armando Maradona. Eso sí, las normas eran un poco rígidas para ser un avión privado, o a lo mejor es que uno es proletario y se imaginaba estas cosas más... no sé, más. Ni caso, que no hay queja.

Estamos en Buenos Aires y todo pinta de maravilla. El único disgusto (y gordo) que me han dado es que Café Tacuba toca en el mismo recinto de Héroes (Club Ciudad) al día siguiente... ¡y nosotros nos habremos ido! ¡A Monterrey! Mi grupo favorito del mundo mundial. Y dos días después, Molotov. No se puede tener todo.

Los Héroes están majetes. En el vuelo han destacado un par de cosas: la gran capacidad de Pedro Andreu para plegar la oreja (para los no iniciados en los modismos españoles, eso es dormir como un tronco, plácidamente) y los círculos tabaqueros del fondo del avión, a veces interrumpidos por un azafato demasiado estricto, pero curiosos en un mundo sin humo. Ojo, que no hago apología de nada, pero en la variedad está el gusto, dicen. Y eso que ni siquiera fumo...

Pues eso, que en la escala chilena todos (menos Pedro) han bajado a estirar las piernas y hacerle fotos al avión y al desierto, un poco similar a nuestros Monegros en Aragón, pero a lo bestia. Luego Juan Valdivia se ha metido en la cabina del piloto, que se llamaba Valencia, y en el mensaje de despedida antes de aterrizar en Ezeiza se ha oído la voz del piloto diciendo "el capitán Valdivia les agradece...", un lapsus lingüe divertido. Enrique y Joaquín han aprovechado para leer, reposar y recalcular horarios, a fin de saber la hora más oportuna para tomar una cervecita.

En el apartado de los bromistas, el mexicano Trotsky (un fan de Hugo Sánchez y Cuauhtemoc Blanco, que le manda un saludo a su vieja de Barcelona) y el lumínico Espadas se han llevado la palma. El trío Libi-Román-Pluto (backliners) ha estado más comedido que de costumbre gracias a su buena capacidad para dormir, mientras que el diseñador de la iluminación, el madrileño Beloqui, se ha doctorado con la PSP en tenis. Ya es el noveno del mundo, después de ganarle al mismísimo Nadal, aunque Federer le ha mojado la oreja. El suizo es mucho suizo...

Mañana más, amigos. Y abrazos a la gente de Guatemala, una vez más. La frase del día, aunque no he podido identificar a su autor (eran las cuatro de la mañana y estábamos en el aeropuerto de Guayaquil, medio zombies) y sospecho que no hablaba muy en serio: "Entonces, ahora vamos a Monterrey. Perfecto. Siempre he querido ir a Chile".

¡Salud!

- Ir al especial 'Héroes del Silencio: gira 2007'.

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