DUELO ENTRE GOBIERNO Y OPOSICIÓN

Zapatero y Rajoy se enzarzan en un duelo sobre el adelanto electoral

El líder del PP pide "elecciones generales" inmediatas para recuperar el crédito internacional y el presidente del Gobierno le reprocha su "obsesión" por llegar al palacio de la Moncloa.

Zapatero y Rubalcaba.
Zapatero y Rajoy se enzarzan en un duelo sobre el adelanto electoral
CHEMA MOYA/EFE

Era una sesión monográfica sobre el paro, pero el pleno del Congreso derivó en un duelo dialéctico entre José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy sobre un hipotético adelanto electoral. El líder de la oposición sacó el tema desde su primera intervención, cuando afirmó que el "único camino" para que España recupere el crédito internacional "pasa por unas elecciones generales" inmediatas. El presidente del Gobierno no rehuyó el debate y acusó a su contrincante a estar obsesionado con las elecciones para "ver si en alguna cae la suerte de que las gane".


Fue uno de los 'cara a cara' más broncos entre el jefe del Ejecutivo y el presidente del PP de los últimos seis años. Rajoy dejó claro que poco iba a discutir sobre desempleo con Zapatero tras la retahíla de planes anticrisis y medidas para reactivar la economía; todos, dijo, fracasados.


El diagnóstico de Rajoy fue rotundo. España, de acuerdo a sus cifras, tiene 4,8 millones de parados porque Zapatero es depositario de "una incompetencia concienzuda, voluntariosa y perseverante" enmascarada en un "optimismo antropológico" que se resume en "no hacer nada y esperar a que escampe". Con este panorama laboral, añadió, cualquier gobernante "se daría satisfecho con el mal causado". "Pero usted no", dijo, y ha preferido con "ayuda de otros prolongar esta agonía 18 meses más". El líder opositor aludía así a los pactos alcanzados por el Gobierno con el PNV y CC para aprobar las cuentas y agotar la legislatura.


En el partido opositor no se descarta, aunque cada vez con menos convicción, que los comicios se celebren antes de marzo de 2012, y algunos dirigentes apuntan la posibilidad de que se convoquen el próximo año. Sobre todo si la crisis de la deuda golpea a España con la virulencia que azota ahora a Irlanda y que puede tener un efecto contagio en Portugal. "El Gobierno no aguantaría un rescate de la UE", comentaban en los corrillos diputados del PP.


Pero Rajoy no entró siquiera en esos futuribles y sostuvo que, con lo que ya hay, el presidente del Gobierno tiene razones más que de sobra para el adelanto electoral si es que quiere que España recobre su prestigio internacional. La política de Zapatero, subrayó "no inspira confianza porque no dice la verdad ni reconoce los hechos ni facilita las soluciones".


La réplica de Zapatero

El presidente del Gobierno recogió el guante. Después de hacer el discurso menos optimista de su mandato -aceptó que la recuperación es "incierta", los síntomas de mejoría "débiles" y "va a costar tiempo" generar empleo- encontró una salida en la intervención de Rajoy para fajarse en la arena política, más cómoda que el agreste terreno de la economía.


El adelanto electoral, comentó el jefe del Gobierno, "es toda su trayectoria, su aportación como líder de la oposición" y fía su destino a que "en alguna cae la suerte de que las gane". Zapatero rememoró que el presidente del PP y otros dirigente de ese partido solicitan el anticipo de los comicios legislativos "desde abril de 2004", al mes de su primera victoria en las urnas tras el 11-M.


El jefe del Ejecutivo afeó al líder de la oposición que su preocupación por los parados es nula, su obsesión es "llegar a la Moncloa" y en ese tránsito el desempleo o la situación económica son unas herramientas más para desgastar al Gobierno. "Pero eso -aseguró- no va a pasar, usted no va a ganar las elecciones".


El anticipo de los comicios es una idea descartada por completo por el presidente del Gobierno, y aduce dos razones. Una estratégica, pues sostiene que sería una pérdida de tiempo contra la crisis, y otra política, ya que las perspectivas electorales del PSOE en estos momentos son catastróficas. Los socialistas confían en que en los meses que restan hasta marzo de 2012 haya signos de recuperación que mejoren sus posibilidades.