POLÍTICA

Zapatero se aferra ahora a la figura de Solbes y afirma que seguirá escuchando sus opiniones

Los socialistas agradecen que el ex vicepresidente económico haya abandonado el Congreso en silencio y "sin dar un portazo".

José Luis Rodríguez Zapatero convirtió el abandono de Pedro Solbes de la política nacional en un mero 'hasta luego´. El presidente del Gobierno, que decidió prescindir de los servicios del veterano político el pasado abril, se esforzó en negar que los lazos con el hombre que, aún cansado, reforzó su candidatura a la jefatura del Ejecutivo hace apenas año y medio estén irremediablemente rotos. "Seguiré escuchando sus opiniones -dijo- aunque ya no esté sentado en un escaño".


La interpretación de que Solbes ha dejado su acta de diputado para no avalar con sus votos las iniciativas económicas previstas por Zapatero causó cierto desasosiego en el PSOE. Los diputados no dan mucho crédito al argumento. Que quien rubricó desde su Ministerio medidas como la devolución de los 400 euros del IRPF o el llamado 'cheque bebé´ haciendo de tripas corazón se rasgue ahora las vestiduras por tener que votar una ley de Presupuestos que puede no gustarle mucho, subraya un antiguo colaborador, no parece muy lógico. Pero los socialistas temen que la idea cale.


Hay mimbres para que sea así porque, según confiesa un diputado y dirigente socialista experto en economía, existe cierta preocupación por la manera difusa y poco perfilada en que se dieron a conocer la ayuda de 420 euros para quienes han agotado la prestación por desempleo o la próxima subida de impuestos. "No parecen propuestas muy meditadas", admite. En ese caldo, el adiós de Solbes ha adquirido una consistencia y una intencionalidad que, según los socialistas, no tenía. Al menos en este momento.


El ex ministro ya anunció este verano que dejaría su escaño en cuanto llegara septiembre. "A la vuelta de verano hizo lo que dijo que iba a hacer, con buena fe y normalidad", adujo el portavoz socialista en el Congreso, José Antonio Alonso. Que en su día no tuviera problemas en dejar constancia de sus discrepancias con Zapatero -como en aquella ocasión que dijo envidiar al defenestrado responsable de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, o cuando remarcó que no había más margen de gasto- es cosa distinta. En esta ocasión, la dirección socialista no pone un 'pero´ a su actitud.


"Se ha ido sin dar un portazo lo cual es muy de agradecer", señalan.


Amistad

El reconocimiento lleva implícito una queja hacia otras rupturas. Hay en el partido quien no entendió bien que quien fuera asesor económico de Zapatero y primer ministro de Administraciones Públicas de su gabinete, Jordi Sevilla, se fuera con claras críticas hacia la gestión de su ex jefe desde la tribuna del 'salmón´ en que escribe cada fin de semana o con un libro en el que revela la negociación del 'Estatut´ de la que, por cierto, fue marginado.


Zapatero, a quien se inquirió sobre la salida de Solbes durante una rueda de prensa conjunta con el presidente de Bolivia, Evo Morales, puso mucho esmero en dejar claro que no tiene quejas para con su ex vicepresidente. Y, de paso, trató de neutralizar la idea de que éste no aprueba la deriva económica que pretende para España. Solbes dejó el Gobierno porque estaba cansado de que su voz cayera demasiado a menudo en saco roto, pero el mismo jefe del Ejecutivo que decidió prescindir de sus servicios afirmó este martes que su opinión será tenida en cuenta y que continuará hablando con él porque son "amigos".


Este 'amigo´ -con el que nunca ha tenido una excesiva afinidad ideológica y a quien recurrió, como miembro del último Gobierno de Felipe González y arquitecto de la recuperación económica que afloraría ya en época del PP, para ganarse la confianza del mundo empresarial- fue durante cuarenta años, según Zapatero, un "gran servidor público" al que tiene un "gran respeto y un gran cariño".


Y ahora, alegó, hay que dejarlo "descansar".


"Difícil encaje"

No parece que la intención de Solbes sea esa. De momento, ejercerá como asesor de un organismo europeo pero cuando acabe el período de incompatibilidad, en 2011, espera pasarse al ámbito privado. Alguien con su trayectoria tiene, según el vicepresidente tercero, Manuel Chaves, "difícil encaje" en el grupo parlamentario.


El también presidente del PSOE subrayó que tanto el ex titular de Economía como otros antiguos miembros del Gobierno que han abandonado la vida política tratan de "aprovechar sus capacidades"; algo que, según dejó caer, no han tenido oportunidad de hacer en el seno de su formación.


"El partido ha buscado otras responsabilidades en el Parlamento Europeo o en política exterior -dijo en referencia a las embajadas concedidas a varios miembros de anteriores equipos de Zapatero-; otros, han optado por volver a la actividad privada". No hay, a su juicio, más vuelta de hoja.