LUCHA CONTRA ETA

Una llamada de esperanza

La familia de Manuel Giménez Abad se despertó con la noticia de la detención de Mikel Kabikoitz Carrera, de 36 años, el actual jefe militar de ETA al que la Policía y la Guardia Civil atribuye la autoría del atentado del presidente del PP en Aragón hace nueve años.


El enésimo sospechoso y la enésima fotografía que le han enseñado a Borja Giménez, el hijo pequeño que acompañaba a su padre cuando fue asesinado camino de la Romareda, no es el mismo que los anteriores,. Se han roto algunas barreras, de investigación y comunicación. Ana Larraz confía en que “Rubalcaba sabrá algo nuevo”. “Hemos hablado esta mañana de esa detención con Borja y me ha dicho: ‘Jo, qué bien”, comenta por teléfono.


Llevan nueve años esperando una llamada de ánimo y quizás la detención de hoy supone que se acerque ese telefonazo de esperanza. El ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, puede confirmar las sospechas policiales sobre el número uno de ETA y su participación en un atentado que sigue sin resolver. Así me lo explicó hace unas semanas durante la grabación del documental ‘El último paseo’.


Carrera está señalado por el bienio 2001-2003 en cinco asesinatos sin resolver entre Navarra y Aragón en un comando que no fue detenido ni desarticulado. Mikel Kabikoitz Carrea, ‘Ata’, se fugó en octubre de 2003 al sur de Francia y compartió el sector duro de la banda terrorista con el anterior jefe militar, Garikoitz Azpiazu, ‘Txeroki’, con quien rompieron la tregua y luego sucedió en su siniestro cargo.


El director del Colegio Gonzalo de Berceo de Alfaro, donde estudió Carrera hasta los 17 años, comentó que nunca se esperaban su entrada en la banda terrorista y mucho menos que se pusiera a pegar tiros, aunque ya mostraba su ideología abertzale porque su madre era profesora de ikastola y su padre, un sindicalista agrario, tiene un hermano que estuvo acusado en el proceso de Burgos.


La serpiente de ETA vuelve a sufrir la eficacia policial española y francesa. Mikel Carrera tendrá que explicar su participación en el robo de varios coches y la primera muerte de un policía galo cometida el 17 de marzo cerca de París. Era el jefe y hoy ha dejado de serlo. Desde 2000, la banda terrorista ha perdido una decena de los máximos dirigentes.