PERFIL

Un andaluz que hizo historia

Un andaluz que hizo historia
Un andaluz que hizo historia

Uno de los secretos mejor guardados de la campaña fue conocer cuál era el objetivo del PSC. José Montilla, que concurría por segunda y última vez como candidato del Partido Socialista de Cataluña, insistía en sus mítines en que salía a ganar. "La remontada es posible", afirmaba. Pero a nadie escapaba que con las encuestas en la mano (tenían 37 diputados y han perdido siete) esta intención se queda algo naïf. Salvar los muebles y evitar un hundimiento histórico habría sido la agenda oculta del 'president' de la Generalitat, que pidió una última oportunidad para acabar la tarea iniciada hace cuatro años.

Hombre fuerte de los socialistas del Baix Llobregat, una de las familias más importantes del partido y a la que se le atribuye la etiqueta de corriente menos catalanista, Montilla inició su ascenso político en 1994. Ese año, cuando era alcalde de Cornellà de Llobregat (lo fue 19 años) asumió la secretaría de Organización del PSC, desde donde tejió años después el primer tripartito.

En 2004 dio el saltó al Ministerio de Industria como hombre fuerte de un PSC que fue decisivo en la primera victoria de José Luis Rodríguez Zapatero. Dos años después llegó la sorpresa. Sin dar demasiadas explicaciones, el PSC anunció que Maragall no volvería a presentarse. Montilla dejó el ministerio y regresó a Barcelona para encabezar la lista del PSC en 2007.

El 28 de noviembre de 2006, José Montilla escribió historia. Ese día, el político socialista se convirtió en el primer presidente del Gobierno de Cataluña no nacido en esa comunidad autónoma.

Montilla vino al mundo en Andalucía, en un pueblito del municipio cordobés de Iznájar que desapareció bajo las aguas de un embalse construido en los años 60 durante la dictadura franquista. Tenía 16 años cuando sus padres abandonaron su tierra para buscar un futuro mejor en Sant Joan Despí, cerca de Barcelona.

Debido a su procedencia andaluza, el líder de los socialistas catalanes, de 55 años, recibió el mote de 'charnego', un término que le disgusta profundamente ya que es la forma despectiva de llamar en Cataluña a los inmigrantes de otras regiones españolas.

Ha presidido el segundo tripartito que tuvo que desarrollar el 'Estatut' aprobado por el anterior 'Govern' y que fue recurrido por el PP. Ahora se presentaba por última vez con seis ideas: no habrá un tercer tripartito; no pactará con el PP; defenderá el 'Estatut'; no tolerará un referéndum sobre la independencia; y liderará la lucha contra la crisis, con un 'Govern' socialista, de izquierdas, progresista y catalanista.

Aunque se le reconocen su tesón y su capacidad de trabajo, Montilla fue uno de los gobernantes de Cataluña más parodiados, también por sus problemas con la lengua catalana. En los últimos años sufrió además un fuerte desgaste político por las tensiones internas del tripartito en torno a las aspiraciones soberanistas de sus socios independentistas y por las repercusiones de la crisis económica de España en la comunidad.

Debido a la elevada abstención que se esperaba y que perjudicó particularmente a los socialistas, Montilla llevaba días haciendo el mismo llamamiento: "Quiero que la Cataluña silenciosa hable, no quiero un país de izquierdas con un gobierno de derechas". Por si su mensaje no calara, el líder socialista ya había anunciado antes de la cita electoral que esta candidatura sería la última.

Tendrá Montilla ahora más tiempo para dedicarse a sus cinco hijos y a sus dos grandes pasiones: la novela negra y los viajes.