ELECCIONES 2008

Sólo seis de los 90 minutos del debate se dedicaron al futuro

Los candidatos encontraron pocos puntos de fricción porque cada uno se centró en su mensaje.

Fue un debate con la mirada atrás. Un cara a cara con retrovisor. José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy se dedicaron sobre todo a hablar del pasado y apenas del futuro. Apenas invirtieron seis de los 90 minutos que duró el duelo, el 6,6%, en evocar lo que vendrá. El meollo del debate estuvo en las críticas a lo hecho, cuanto más acerada más impacto, y brillaron por su ausencia las ofertas y los compromisos.


Será por la falta de costumbre, pero las críticas de los innumerables ciudadanos entrevistados por los medios de comunicación tras el debate coincidieron en la ausencia de propuestas. Una apreciación certera. Los candidatos del PSOE y del PP prefirieron denostar la labor del adversario, fuera cual fuera. Quizá porque gastaron la pólvora en salvas de precampaña, lo cierto es que no hubo siquiera una promesa de futuro.


Rodríguez Zapatero repartió su artillería entre la gestión del Gobierno de José María Aznar y la "desleal" oposición de su contrincante en la pasada legislatura. Rajoy, a su vez, arremetió contra la gestión de los últimos cuatro años y apeló a comentarios de Felipe González y Alfonso Guerra para desarbolar a su adversario.


El candidato socialista mencionó hasta en una decena de ocasiones al Gobierno de Aznar, "su Gobierno", le decía a Rajoy, para subrayar los éxitos de su gestión en comparación con la del PP. La insistencia exasperó al aspirante popular y estalló: "yo no tuve ningún Gobierno". Fue el desmarque más claro de Rajoy de Aznar desde que se convirtió en el líder del PP hace cuatro años y medio.


Pero fue, además, un debate con pocos puntos de fricción. Si Rodríguez Zapatero ponía el énfasis en la creación de empleo, Rajoy cargaba las tintas sobre el paro; si el candidato del PP colocaba el foco sobre la inmigración, el líder del PSOE se volcaba en la educación; y si el socialista recurría a Serrat, Sabina o Miquel Barceló, el popular sacaba a pasear a Otegi o a De Juana Chaos. El dicho 'de donde vienes, manzanas traigo' se pudo aplicar a muchos pasajes del cara a cara.


Caballo de batalla


Encontraron, no obstante, un terreno común para contrastar pareceres con ETA y el terrorismo, caballo de batalla de Rajoy en el debate, al punto que lo sacó a colación casi cincuenta veces, la primera a los dos minutos, nada más arrancar el duelo. Rodríguez Zapatero no rehuyó el envite, aunque lo hiciera todo el rato a la defensiva. España tampoco se cayó de la boca de ambos candidatos, el líder del PP fue más fervoroso y la entonó 51 veces, y el aspirante socialista 26.


Las alusiones al futuro, además, fueron un tanto surrealistas. Rajoy se enredó en la historia de difícil comprensión de una niña recién nacida, orgullosa de ser española y que tiene una familia, vivienda y padres con trabajo. Rodríguez Zapatero hizo un guiño a la americana y con una frase muy del gusto de Barak Obama se despidió con un buenas noches y buena suerte.