Mariano Rajoy está empeñado en demostrar que el Gobierno sigue de vacaciones pese a la crisis económica y los problemas derivados de la negociación de la financiación autonómica. José Luis Rodríguez Zapatero, a su vez, intenta combatir esa idea con su excepcional presencia al frente de la comisión delegada para asuntos económicos de y con la convocatoria extraordinaria de un Consejo de Ministros el jueves. En definitiva, una batalla por la imagen.

El líder opositor salió satisfecho por el golpe de efecto del pasado jueves, cuando reunió a la comisión para el seguimiento de la crisis de su partido. Quedó nítido, a su juicio, que el PP trabajaba en plenas vacaciones estivales para hacer frente a los problemas del país mientras el Gobierno sesteaba. Rajoy decidió dar una vuelta de tuerca más y ordenó la petición de una serie de comparecencias parlamentarias de todo tipo de ministros para antes de septiembre e interrumpir así sus descansos veraniegos.

La Diputación Permanente debatirá el 20 de agosto, además de la presencia del jefe del Ejecutivo en un pleno extraordinario sobre financiación autonómica, la citación del PP a los responsables de Interior, Justicia, Trabajo, Industria, y Medio Ambiente, Rural y Marino. El partido opositor pretende que los ministros expliquen en sede parlamentaria asuntos como los incidentes con Marruecos en la frontera de Melilla, la construcción de nuevos juzgados en Ibiza, las medidas ante «la preocupante situación del mercado de trabajo», la privatización de aeropuertos y los acuerdos adoptados por el Consejo de Ministros de Pesca de la Unión Europea.

El Gobierno, por su parte, retomará su actividad antes de lo previsto. Rodríguez Zapatero presidirá este miércoles la comisión delegada de asuntos económicos en detrimento de su titular habitual, el vicepresidente segundo y ministro de Economía, Pedro Solbes. Están convocados a la cita en el palacio de La Moncloa los titulares de Fomento, Trabajo, Industria, Vivienda y Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, además de Solbes. La reunión tiene como objetivo evaluar el resultado de las medidas tomadas antes de las vacaciones para hacer frente a la crisis económica.

Un día después, Rodríguez Zapatero presidirá un Consejo de Ministros extraordinario que aprobará nuevas iniciativas para afrontar el deterioro de la situación económica. Será una cita inusual, puesto que la norma es que los miembros del Gobierno celebren su primera reunión en el último viernes de agosto, pero la gravedad de los datos económicos empujó al jefe del Ejecutivo a adelantar el encuentro.