DE SER HOY LAS ELECCIONES, GANARÍA EL PP

Rajoy redoblará la presión contra la política económica de Zapatero en un año decisivo

Los nuevos datos del caso Gürtel y el fallo del 'Estatut', principales frentes de los populares en el inicio de 2010.

Rajoy redoblará la presión contra la política económica de Zapatero en un año decisivo
Rajoy redoblará la presión contra la política económica de Zapatero en un año decisivo
X. REY/EFE

Mariano Rajoy encara un año decisivo para sus aspiraciones de llegar a la Moncloa, con la serenidad ganada tras un convulso 2009. El líder de la oposición, superado el primer embate del caso Gürtel y apaciguada la latente trifulca entre Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz-Gallardón, contempla cómo la estrella de José Luis Rodríguez Zapatero languidece en la maraña de una crisis económica que ha sembrado la desconfianza de la mayoría de los españoles en el presidente, según se desprende de los últimos sondeos publicados.

 

De celebrarse hoy las elecciones generales, el PP ganaría al PSOE por un porcentaje que oscila entre los dos y los cinco puntos y medio, dependiendo de la encuesta que se consulte. Pero las urnas, salvo adelanto extraordinario, no hablarán hasta 2012. Ni los estudios demoscópicos ni la tendencia ascendente que atesora el PP desde su triunfo en las europeas de junio garantizan el éxito.

 

Rajoy pisará el acelerador para evitar oxigenar a un rival sin fuelle, pero con capacidad de reacción. Estas Navidades ha estado trabajando, desde su Galicia natal, con sus más estrechos colaboradores en el diseño de la estrategia que desarrollará su partido en los próximos seis meses y que presentará el 11 de enero.

 

Una táctica de desgaste que apenas concederá respiro a Zapatero, salvo en los asuntos relacionados con la Presidencia española de la UE. El PP pondrá el foco en tres aspectos: crisis económica, casos de corrupción que afecten a miembros del PSOE y debilidad de liderazgo de Zapatero.

Los populares emplearán buena parte de sus energías en reprochar al Ejecutivo socialista la "chapucera y errática" política económica, incapaz de generar empleo que rebaje la cifra de 4,1 millones de parados. También enfatizarán las denuncias y sumarios judiciales que afecten a dirigentes socialistas (casos Faisán, Matsa, Mercasevilla o Sitel) y potenciarán, desde un segundo plano, cualquier dato que avale el debate sucesorio en la cúpula del PSOE, que podría derivar en la renuncia de Zapatero a ser el candidato en 2012.

 

El papel de "previsible"

Pero Rajoy tampoco quiere descuidar el papel de alternativa que las encuestas otorgan al PP. De hecho, insistirán en que España saldría antes y mejor de la crisis económica con un Gobierno popular. Para refrendar esta tesis presentarán los logros económicos de los Ejecutivos de Aznar (1996-2004). El actual mandatario popular, además de promulgar reformas estructurales en el mercado laboral y la banca, quiere arrogarse el papel de "previsible" ante unos españoles desconcertados por los vaivenes económicos del actual Gabinete.

 

Rajoy insistirá en que Zapatero castiga al español que consume y al que ahorra, con subidas de impuestos en ambos segmentos.

El año diez del PP comienza con una empinada cuesta de enero, con dos asuntos de gran calado y de consecuencias inciertas. Antonio Pedreira, juez del Tribunal Superior de Justicia de Madrid que instruye una de las tres partes en las que está dividido el caso Gürtel -la trama madrileña-, levantará a finales de enero el secreto del grueso de este sumario.

 

Nuevos datos que refrenden las acusaciones contra los ya imputados o la aparición de nuevos sospechosos entre los populares pueden afectar a la máxima que Rajoy forjó el año pasado: "El Partido Popular es un partido nacional, unido y limpio".

 

La sentencia del Constitucional sobre el 'Estatut' también se ha convertido en un asunto inquietante para el equipo de la calle de Génova. Los populares ultiman una estrategia que les permita, por un lado, sacar pecho ante un posible éxito de sus reparos al articulado catalán y, por otro, que evite presentarse como un partido anticatalán. Cataluña, una de las comunidades más pobladas, es una de las plazas clave en la lucha por la Moncloa y, además, será la única región que celebre comicios en 2010. El PP quiere medir sus fuerzas en otro feudo nacionalista.

 

Rajoy también quiere superar la asignatura de 'vencer' de forma nítida a Zapatero en los debates parlamentarios, sobre todo en las discusiones económicas. Se prevén cara a cara intensos entre ambos para el próximo curso político. Los populares quieren que el jefe del Gobierno explique los pormenores de la misión de Afganistán en el Congreso con un objetivo claro: que reconozca que las tropas están en un país en guerra.

 

El PP también retomará, cuando se resuelva de forma satisfactoria el secuestro de los tres cooperantes, las reprobaciones de De la Vega y de Chacón por la "descoordinación" que, a juicio de los populares, demostró el Gobierno en el secuestro y liberación del atunero vasco 'Alakrana'.