EXTERIORES

Rabat ordena el regreso del embajador a España después de dos meses de crisis

Marruecos da por zanjada la polémica del viaje de los Reyes a Ceuta y Melilla tras la visita del ministro Moratinos a su homólogo, a quien entregó una carta de Zapatero.


RABAT. El Gobierno marroquí anunció ayer el regreso de su embajador en Madrid, Omar Azziman, y cerró una crisis de dos meses en las relaciones bilaterales que surgió con la visita de los Reyes de España a las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.


Cinco días después de que el ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, entregara en Rabat una carta del Gobierno español para el rey Mohamed VI las autoridades marroquíes confirmaron el retorno "inmediato" de Azziman a la capital española.


La normalización diplomática de las relaciones bilaterales se produce casi 70 días después de que el Gobierno de Rabat protestara, mediante la llamada a consultas del embajador, por la primera visita oficial de los Reyes de España a esas ciudades del norte de África cuya soberanía reclama Marruecos.


Ese desplazamiento real causó gran irritación oficial y manifestaciones populares en varias ciudades del país, donde miles de marroquíes protestaron por lo que se consideró un "comportamiento colonial" por parte de España. Sin embargo, las manifestaciones no derivaron en situaciones extremas e incluso llamamientos posteriores a concentrarse junto a las fronteras de Ceuta y Melilla para protestar por la "ocupación" española de esas ciudades tuvieron un seguimiento discreto por parte de la población marroquí.


Adelantado en la prensa


En un comunicado del Ministerio marroquí de Asuntos Exteriores se confirmó que ayer mismo se tomó la decisión del regreso inmediato del embajador, aunque ya el fin de semana el diario de mayor difusión del país, "Al Masae", adelantó la noticia.


Moratinos y su homólogo, el ministro marroquí de Asuntos Exteriores, Taib Fassi Fihri, manifestaron la semana pasada la voluntad de sus respectivos Gobiernos de devolver la normalidad a sus relaciones después de la crisis de los primeros días de noviembre.


Moratinos viajó a la capital marroquí -aseguró que respondía a una invitación- y entregó al ministro la carta del presidente del Gobierno español, en la que José Luis Rodríguez Zapatero expresó su deseo de que se mantengan e, incluso, se mejoren las buenas relaciones existentes entre los dos países.


En la carta se ensalzaban además las relaciones de los dos Estados y se hacía llegar al monarca marroquí un mensaje de amistad, con un balance de las relaciones bilaterales en materias como la inmigración, la pesca, la política antiterrorista, la economía o las inversiones.


Reunión de alto nivel


También se manifestaba en la carta el interés de Madrid en que "pronto" pueda convocarse la reunión de alto nivel bilateral que mantienen anualmente los dos países en virtud del tratado de amistad que tienen suscrito. El embajador Azziman fue llamado a consultas el 2 de noviembre por orden del rey Mohamed VI como símbolo de la irritación que provocó aquella primera visita oficial de los Reyes a las ciudades autónomas del norte de África.


Esa visita - que se realizó los días 5 y 6 de noviembre- fue rechazada inmediatamente por el Gobierno marroquí, una coalición de partidos encabezada por el primer ministro Abás el Fassi, líder del nacionalista Partido Istiqlal, que siempre ha reivindicado la unidad territorial de este país del Magreb.


La visita a Ceuta y Melilla mereció incluso la "condena" y "denuncia" del rey Mohamed VI, quien lamentó la decisión de los Reyes de trasladarse a esas ciudades y ofreció mantener un "diálogo responsable" sobre el futuro de las relaciones entre ambos países. Pocos días después de la llamada de su embajador, el Gobierno marroquí aún insistía en que la recuperación de las relaciones con España tendría "como elemento fundamental" el diálogo sobre el futuro de las ciudades autónomas españolas de Ceuta y Melilla.


Javier Alonso Martínez