Tribunales

Niega haber matado a su amiga y que necesitara dinero

María Ángeles M.F está acusada de matar a una amiga, suplantar su identidad y cobrar sus seguros de vida.

La presunta homicida en el banquillo
Niega haber matado a su amiga y que necesitara dinero
EFE

María Ángeles M.F., la mujer acusada de matar a una amiga y dejar pistas falsas, ha negado este lunes haber cometido el crimen para suplantar la identidad de la víctima y cobrar sus seguros de vida, así como que necesitara dinero porque disfrutaba de un alto nivel económico por su gran poder adquisitivo.


En la Audiencia de Barcelona se ha iniciado este lunes, con una gran expectación, el juicio contra María Ángeles M.F., para quien el fiscal pide 24 años de cárcel, acusada de haber matado en febrero de 2008 a una amiga suya, dejando pistas falsas para simular un móvil sexual, para cobrar los seguros de vida que había contratado a lo largo de dos años suplantando su identidad.


La acusada, que en enero pasado logró aplazar el inicio del juicio renunciando a última hora a su abogado, ha mantenido ante el tribunal un relato frío y a veces incluso desafiante, en el que ha respondido a todas las preguntas de la acusación dando explicaciones de todo tipo, aunque en ocasiones se ha tenido que escudar en expresiones como "no lo sé" o "no recuerdo".


María Ángeles M.F. ha señalado que el día en el que se cometió el crimen, el 19 de febrero de 2008, se fue a Zaragoza con su Porsche a buscar las cenizas de su madre (consta que se las entregaron al mediodía), y que no regresó a Barcelona hasta más o menos las 20.00, e incluso ha detallado que sufrió un percance en una gasolinera, a medio camino, ya que arrancó sin haber sacado el surtidor, por lo que requirió la ayuda de la Guardia Civil.


Según su relato, al llegar a Barcelona aparcó en doble fila ante unos grandes almacenes situados en la plaza de Cataluña, donde estuvo hasta que cerraron buscando infructuosamente un reloj Cartier para su compañero, que al día siguiente celebraba el cumpleaños.


El fiscal sostiene en su acusación que la mujer había quedado aquella noche a cenar con la víctima, a la que durmió con cloroformo y asfixió mortalmente con una bolsa de plástico, dejando pistas falsas, ya que para simular un móvil sexual esparció en la boca y en la vagina de la víctima el semen que previamente había obtenido de dos hombres que se dedicaban a la prostitución.


Por el contrario, la acusada ha señalado que a aquella hora estaba buscando el regalo para su novio en los grandes almacenes y que luego, cuando cerraron, hacia las 22.00, se dirigió a un local abierto las 24 horas del día para comprar yogures para cenar.


Cuando el fiscal le ha preguntado por qué acabó el día en el que fue a buscar las cenizas de su madre comprando yogures, la acusada ha respondido de forma desafiante: "Yo sin yogur de dulce de leche...lo cortés no quita lo valiente".


Asimismo, ha explicado que aquella tarde, cuando aún estaba regresando desde Zaragoza en coche, la llamó su amiga, que estaba un poco extraña, ya que le hizo preguntas sin sentido y le pidió, un poco incómoda, que le "siguiera el rollo", lo que hizo porque, según ha afirmado: "Yo a una amiga la ayudaría en cualquier cosa".


La acusada ha intentado desacreditar la mayoría de pruebas que la incriminan y, por ejemplo, ha señalado que el frasco de cloroformo que encontraron en su casa lo compró para reparar un candelabro de plata y que la peluca que hallaron junto al cadáver con restos de su ADN era suya, porque tenía muchas y la víctima se la había pedido.


Asimismo, ha afirmado que guardó el DNI y el pasaporte original de la víctima tras la cisterna del lavabo de su casa porque su amiga se los había olvidado, al sentirse amenazada por la policía, aunque ha dicho desconocer por qué tenía también en casa las pólizas de seguro que, según la fiscalía, contrató a nombre de la víctima haciéndose pasar por ella.


A preguntas de su abogada, la acusada ha afirmado que disfrutaba de un alto nivel de vida -para desmontar así el móvil económico-, ya que, según ha señalado, tenía un sueldo fijo de 3.000 euros mensuales, cobraba un alquiler de 3.000 euros de su antigua casa de Las Palmas, recibía una asignación anual por parte de su padre de 100.000 euros y había recibido una herencia, tras la muerte de su marido, de entre 1,8 y 2,4 millones de euros.


La acusada ha afirmado además que la víctima le había confesado que tenía problemas con su pareja y ha asegurado que este incluso le había llamado para preguntarle si sabía si le era infiel.


Por contra, el compañero de la víctima, que no llamó a los Mossos ni al trabajo de su mujer hasta la tarde siguiente a su desaparición, ha negado que tuvieran problemas de pareja, por lo que nunca sospechó que le fuera infiel, y ha insistido que la víctima nunca contrató ni quiso contratar un seguro de vida.


Al acabar la sesión de este lunes del juicio, que proseguirá este martes con el interrogatorio a nuevos testigos, algunos de los asistentes en la sala se han dirigido a la acusada, cuando era retirada esposada por los Mossos, con expresiones como "asesina" y "al garrote vil"