CASO DE CORRUPCIÓN EN CATALUÑA

Montilla comprende la irritación ciudadana, pero pide que no se meta a todos los políticos en el mismo saco

Contundencia y respeto a la presunción de inocencia. Estas fueron las ideas que centraron los mensajes de las fuerzas políticas catalanas un día después de que fueran detenidos, entre otros, el alcalde de Santa Coloma de Gramanet, el socialista Bartomeu Muñoz, y dos ex altos cargos de la era Pujol, Macià Alavedra y Lluís Prenafeta. Aunque ya llueve sobre mojado, esta presunta trama de corrupción ha caído como una losa sobre la clase política, que aún no se ha repuesto del escándalo del Palau de la Música.


Tranquilidad, por tanto, es lo que reclamaron los líderes catalanes hasta que el viernes el juez Garzón se pronuncie en la Audiencia Nacional. La gravedad de los hechos, con la herida del caso Millet aún abierta, en plena crisis económica y a un año de las elecciones autonómicas, fue lo que llevó a los máximos responsables de PSC y CiU a volver a dar explicaciones. En una declaración institucional y más solemne de lo habitual, el president José Montilla quiso dejar clara la firmeza que tendrá el 'Govern' en caso de que se confirmen los hechos, si bien defendió la presunción de inocencia y reclamó confianza en las instituciones. "Entiendo el desánimo, la irritación, la pena o el juicio severo y generalizado, pero reclamo confianza en nuestras instituciones y en la política democrática", afirmó Montilla.


El presidente de la Generalitat hizo un llamamiento contra la desafección de los ciudadanos hacia la política. "No todos los políticos somos iguales", aunque dijo entender "la alarma social".


"Respetaremos que la acción judicial siga su curso", señaló, pero "si se han cometido delitos, que la justicia castigue con firmeza".


El tiempo de la política, no obstante, es otro, y debe ser "el de la reacción clara, contundente transparente y ejemplar". Montilla reclamó a todos los líderes que "colaboren con la justicia para actuar con contundencia para dignificar la función pública y evitar que la política se aleje del ánimo y el corazón de los ciudadanos", afirmó Montilla. "La sociedad pide que vayamos hasta el final.


Pasaremos por momentos difíciles, pero saldremos reforzados si cada uno hace lo que le toca", concluyó.


"No pinta bien"

El portavoz del PSC, Miquel Iceta, fue un paso más allá y afirmó que el partido "reaccionará con toda la fuerza a su alcance contra los militantes imputados por corrupción, para separar las manzanas podridas". Iceta. De todos ,odos, admitió que el asunto de Santa Coloma "no pinta bien".


Esta contundencia en las formas se mantuvo también en el pulso que libran PSC y CiU, que tienen las espadas en alto, se miran de reojo y recurren al "y tú más". Así, el líder de la oposición, Artur Mas, también reclamó la presunción de inocencia para todos los implicados, incluidos los del PSC. Pero a pesar de que dijo que no quería encarnizarse con los socialistas, diferenció los grados de responsabilidad en el caso de Santa Coloma. "Prenafeta y Alavedra son personas que actúan a título estrictamente particular y no tienen nada que ver con la acción y las decisiones del día a día de CiU", señaló.


"En su caso, hay cargos electos, ayuntamientos gobernados por ellos (PSC), con mayorías absolutas desde hace años", añadió. Y remató: "La degradación de la política supone la degradación del país, haremos lo que sea para recuperar la credibilidad de la clase política". Por eso, se mostró "convencido de que si Alavedra y Prenafeta llegan a conclusión de que la evolución del caso puede perjudicar a CDC, ellos mismos pedirán la suspensión temporal de su militancia".


Los demás partidos del arco parlamentario catalán reclamaron que se adopten medidas concretas contra la corrupción, como una comisión de investigación, pedida por PP y Ciutadans. Esta supuesta pasividad vendría de lejos, ya que la Sindicatura de Cuentas de la Generalitat halló en 2003 irregularidades en las adjudicaciones de obras por parte de Bartomeu Muñoz, si bien ningún grupo del Parlament propuso analizar y debatir el informe cuando se recibió en 2007.


Mientras, el ayuntamiento de Santa Coloma volvió este miércoles a la normalidad después de un registro el martes que duró 15 horas.


Aunque los políticos pedían presunción de inocencia, los vecinos no podían disimular su malestar: "No nos creemos que el partido como tal no supiera nada y no vamos a aceptar que nos cambien un cromo por otro", señaló un habitante. Los vecinos, agrupados en asociaciones vecinales, denunciaron hace meses que el solar de la discordia, el epicentro del caso, y donde debían construirse equipamientos públicos se va a convertir en una zona para pisos.


"Especulación por especulación", señalaron. Ahora anuncian nuevas movilizaciones.