MANIFESTACIÓN

Miles de personas piden por los presos de ETA

Dirigentes de Aralar, Batasuna y EA participaron en la marcha de Bilbao, en la que no se exigió el final del terrorismo.

Miles de personas, durante la manifestación celebrada ayer en Bilbao a favor de los presos de ETA.
Miles de personas piden por los presos de ETA
RAFA RIVAS/AFP

Decenas de miles de personas -unas 80.000, según los organizadores- tomaron ayer las calles de Bilbao y secundaron la manifestación convocada por la izquierda abertzale, Aralar, EA y los sindicatos nacionalistas ELA y LAB en defensa de los derechos de los presos de ETA.

La marcha discurrió sin incidentes entre gritos contra la dispersión y a favor del acercamiento a las cárceles de Euskadi de los reclusos de la banda terrorista. El comunicado final reclamó un papel activo de los presos en un hipotético proceso de fin del terrorismo, pero eludió cualquier petición de cese de la violencia a ETA. La protesta fue autorizada por la Audiencia Nacional, que, sin embargo, reclamó a la Ertzaintza que la vigilase y disolviese si se producían hechos delictivos.

La manifestación arrancó, pasadas las 17.30, de la plaza de la Casilla de Bilbao y terminó una hora después en las escalinatas del ayuntamiento de la capital vizcaína, tras recorrer las principales calles de la ciudad. En la cabecera se situaron integrantes del colectivo de familiares de presos de ETA Etxerat, que desplegaron una gran tela con el símbolo de su demanda, un mapa del País Vasco y Navarra con flechas dirigidas al interior que simbolizan la reclamación de retorno de los reclusos. A continuación, familiares de etarras condenados portaron la pancarta con el lema en euskera 'Los presos vascos a Euskal Herria con todos los derechos. Demos el paso'.

Detrás de la cabecera marcharon decenas de miles de personas entre los que se situaron dirigentes de la ilegalizadas Batasuna y ANV como Tasio Erkizia, los abogados Jone Goirizelaia e Íñigo Iruin, el ex coordinador de la Mesa Nacional Joseba Permach, el actual portavoz radical Txelui Moreno, o la alcaldesa de Hernani, Marian Beitialarangoitia. A su lado estaban el secretario general de EA, Pello Urízar; el líder de Aralar, Patxi Zabaleta, y los máximos dirigentes de los sindicatos ELA y LAB, Adolfo Muñoz y Ainhoa Etxaide, respectivamente.

La marcha transcurrió sin incidentes, seguida por varias furgonetas de agentes antidisturbios y un helicóptero de la Ertzaintza, entre consignas en favor de la amnistía, el fin de la dispersión o el acercamiento de los presos.

La manifestación concluyó en las escalinatas del Ayuntamiento de Bilbao, donde Marifeli Etxeandia, hermana de un preso de ETA, y el periodista de Radio Vitoria (EITB) Iñaki Olasolo leyeron el comunicado final en el que se reconoció que "la solución al conflicto" vasco "no vendrá de la noche a la mañana", del mismo modo que la excarcelación de los presos no se alcanzará "con una varita mágica", sino que será fruto "del trabajo y la movilización social", ya que "no se observa ni en Madrid ni en París cambio alguno".

Intentos de "chantaje"

El texto consideró preciso "acabar con los ataques y constantes intentos de utilización y chantaje" que sufren los presos, de modo que la política penitenciaria "se sitúe en unos parámetros que posibiliten la resolución democrática del conflicto, ajustada a criterios de derechos y encaminada a que los presos políticos puedan ser un agente activo en la consecución de un proceso de solución al largo y doloroso conflicto que persiste en Euskal Herria".

En este punto se abogó por "socializar" la situación de los reclusos y dar a conocer "por todo el mundo la conculcación" de sus derechos. "Exigimos a los gobiernos español y francés que apliquen a los presos de ETA una nueva política penitenciaria en la que se respeten sus derechos más elementales", demandaron los convocantes de la manifestación, para quienes los presos de ETA "deben ser dueños de todos sus derechos humanos, civiles y políticos y deben por tanto ser repatriados a Euskadi ya". El comunicado eludió cualquier referencia a ETA y no incluyó petición alguna de fin de la violencia a la banda terrorista.

Pese a que la manifestación contaba con el apoyo de numerosos políticos, el PSE, el PNV y el PP no acudieron. El portavoz del PSE-EE, José Antonio Pastor, afirmó que la marcha "sería una buena oportunidad para que los convocantes y los asistentes a la misma hagan un llamamiento a quien lo tienen que hacer", es decir, a que ETA ponga fin a su existencia.

El portavoz del PP vasco, Leopoldo Barreda, aseguró que la marcha tenía "pretensiones políticas", ya que, si fuera un tema de derechos, "con toda seguridad hubieran ido a los tribunales a exigirlos". Además, Barreda afirmó que lo ideal sería que una concentración de ese tipo "se dedicara a exigir la disolución incondicional de ETA y no a otras cosas, no a pretensiones políticas que solo favorecen los intereses de ETA".

Para el presidente del EBB del PNV, Íñigo Urkullu, "si vivimos un tiempo de ausencia de violencia en el futuro no será gracias a la autodenominada izquierda abertzale, sino gracias a que toda la sociedad vasca lo ha venido exigiendo".