PIRATERÍA

Mercenarios contra piratas

Ante la inseguridad en los océanos y la falta de protección oficial, la respuesta es contratar soldados privados y hasta los temibles 'gurkas' nepalíes.

Asaltar un barco en el estrecho de Malaca, en Indonesia, en Filipinas o en Somalia o Nigeria, los puntos negros de la piratería, puede ser algo muy fácil. Es complicado para un Gobierno garantizar la protección de su flota con su armada. Pero quizá los agresores se lo piensen si en el buque ven ondear la bandera de los 'gurkas' nepalíes, los temibles soldados del Ejército británico, conocidos por su ferocidad.


La enseña muestra dos 'kukri' cruzados, el famoso cuchillo curvo del cuerpo. Hace ocho años, cuando comenzó el auge de la piratería que ha culminado este mes con el secuestro del 'Playa de Bakio' y el yate francés 'Ponant', la firma Anglo Marine Overseas Services, de Londres, tuvo la idea de ofrecer un servicio especial de seguridad privado.


A través de una carta a las principales firmas navieras, ofreció la disponibilidad de 300 'gurkas', con 16 años de experiencia en la British Army, para que viajaran en sus buques y se encargaran de la seguridad.

Lo más curioso de este servicio es que los 'gurkas' no van armados, para no aumentar los riesgos de la tripulación en caso de abordaje. En cambio, se puede confiar en su dominio de las artes marciales, su sangre fría para manejar situaciones difíciles y, como idea disuasoria, en el efecto de su bandera.


La compañía ofrece diferentes tarifas con grupos de cuatro, seis u ocho soldados. Una salida entretenida para los legendarios batallones nepalíes, que desde hace años se quejan de que su pensión es menor que la de los soldados británicos. No se debe subestimar el poder de la mala fama como defensa contra los piratas, pues el hecho de que los buques de EE.UU. e Israel apenas sufran asaltos se suele atribuir a la convicción general de que llevan servicios de seguridad propios.

Especialistas en seguridad


El International Maritime Bureau (IMB), la entidad que se ocupa de la lucha contra la piratería en el mundo, ha confirmado que existen unas cuantas compañías de seguridad especializadas en este campo concreto. Funcionan casi exclusivamente con los cargueros, no con los barcos de pesca. Una, por ejemplo, la contrató el propio Gobierno de Puntland, la región autónoma del norte de Somalia donde se registra el mayor número de actos de piratería.


La Maritime Security Force (MSF) estuvo integrada por 70 mercenarios británicos de la compañía HART Group International, con sede en Bermuda, según publicó la prensa anglosajona. Otra es la holandesa Satellite Services, que tiene en sus filas 225 ex-soldados de fuerzas de paz con experiencia en Bosnia y otros conflictos.


Pero la más renombrada es Marine Risk Management, con sede en Oxton, cerca de Liverpool. En 1997 comenzó a ofrecer un servicio "de respuesta rápida" a piratas. En las semanas siguientes recibió cuatro llamadas. Son muy profesionales. Equipos de ocho a doce hombres, con experiencia en el Special Boat Squadron inglés pueden plantarse en 24 horas en cualquier punto del globo con un jet privado para resolver una crisis. Además, instalan a bordo balizas de satélite ocultas para que el buque esté localizable sin que lo sepan los piratas.


De todos modos, las medidas de seguridad en los barcos han sido potenciadas en los últimos años por EE.UU., a través del IMB, pues después del 11-S teme que se repita un atentado similar, pero esta vez con un barco. Por su parte, el IMB recomienda como solución más barata y muy eficaz el 'Secure-Ship', la última invención en seguridad de navíos. Se trata de un cerco electrificado que rodea el barco y sacude una descarga no letal a quien entre en contacto con él, al tiempo que hace sonar la alarma.