FUNCIONARIA DE CARRERA Y PSICÓLOGA

Mª Ángeles López de Celis: "Sonsoles Espinosa tendrá un gran peso en la decisión de Zapatero"

Durante 32 años ha formado parte de la Secretaría de los cinco presidentes de la democracia. Acaba de publicar 'Los presidentes en zapatillas'.

López de Celis con los presidentes Rodríguez Zapatero, Felipe González, Adolfo Suárez y José María Aznar.
Mª Ángeles López de Celis: "Sonsoles Espinosa tendrá un gran peso en la decisión de Zapatero"
HERALDO

Con tan solo 21 años estaba trabajando con Adolfo Suárez en la Moncloa y con 25, con Felipe González. Ha sido una testigo privilegiada de la historia de España a través de su trabajo en la Secretaría de los cinco presidentes del Gobierno de la democracia a lo largo de 32 años. Ahora ocupa otros menesteres fuera del palacio, pero ha dejado constancia de su paso por la Moncloa en 'Los presidentes en zapatillas' (Espasa). Un libro en el que desmenuza la vida política y privada de los inquilinos de la casa. "Un homenaje a todos estos hombres y sus familias y a tanta gente anónima que han colaborado a que España iniciara esta aventura democrática", señala.


¿Cómo cree que estará viviendo el presidente Zapatero el batacazo de las primarias de Madrid?


Supongo que con la sorpresa lógica con la que lo hemos vivido los españoles. Cuestionar el liderazgo de alguien y que salga reforzado es, de alguna manera, bastante chocante.


Usted dice de él que tiene habilidad para encajar los reveses sin pestañear.


Siempre he considerado que es una persona con mucho temple y bastante segura de sí misma, de lo que piensa y de lo que tiene pensado hacer. De todas formas, las circunstancias en estos momentos no son las habituales. La coyuntura económica está muy complicada y la situación por la que atraviesa su partido también es convulsa.


¿Será candidato del PSOE en los próximos comicios generales?


Es posible que las cosas puedan dar un vuelco. Antes estaba convencida de que Zapatero sería el próximo candidato a la Presidencia del Gobierno. Ahora no lo sé.


¿Qué papel va a jugar Sonsoles Espinosa en la decisión de su marido de presentarse a la reelección?


Sinceramente, no lo sé. Es un tema absolutamente personal. Siempre digo que es un matrimonio con una complicidad increíble. Zapatero adora a las tres mujeres con las que comparte su vida (en referencia a su mujer y a sus dos hijas) y estoy segura de que Sonsoles tendrá un peso decisivo en la elección del presidente. Pero no olvidemos que los candidatos a la Presidencia del Gobierno los eligen sus partidos.


En el prólogo de su libro, José Oneto señala que "uno de los grandes problemas para el futuro político de Zapatero es su mujer". ¿Comparte esta opinión?


No sé si hasta tanto. Quizá José tiene una opinión más radical que la mía. Creo que es posible que Sonsoles Espinosa ya haya tenido mucho que ver en la vida de su marido. Y ahí le tenemos como presidente del Gobierno durante dos legislaturas, que no es poco.


¿A Tomás Gómez le ve madera de presidente del Ejecutivo central?


Quizá es aventurar más de la cuenta, pero en principio pienso que ha dado un paso muy importante para consolidar su liderazgo, desde luego indiscutible, dentro del partido. Y si mañana ganara unas elecciones autonómicas y fuera el presidente de Madrid, habría subido bastantes peldaños de golpe para poder aspirar a una Presidencia del Gobierno.


¿Javier Solana es rescatable para el PSOE?


No es que sea rescatable, es que Solana siempre ha estado ahí. Es un histórico del PSOE. Si me habla de candidaturas, tiene tantas posibilidades como otros. Pero sinceramente creo que la gente muchas veces lo que quiere ver son caras nuevas, proyectos ilusionantes y gente que venga con aire fresco y con ganas.


No obstante, le pide a Felipe González que no se vaya.


Me refiero a que necesitamos de la tutela, el bagaje y la experiencia de los hombres que han ocupado cargos importantes y han demostrado que tienen un sentido de Estado y han gobernado con una eficacia absoluta, dentro de que hayan cometido sus errores también. En mi caso, eso tiene que ver con que no nos deje de su mano. Que esté ahí vigilando porque siempre vamos a necesitarlo.


Y a Aznar, ¿lo ve resurgir en un futuro cual ave fénix y postularse para el PP ante un Rajoy que no sé si acaba de cuajar?


La gestión de Aznar, independientemente de que su política exterior se demostró que estaba equivocada, es muy importante. Y es posible que pueda tener posibilidad. Ahora, que él quiera o no, eso ya lo desconozco.


¿Qué peso ha tenido en Aznar ese poder en la sombra llamado Ana Botella?


Ambos forman un matrimonio absolutamente como un tándem. De todo tipo: político, personal y de todas las maneras. Para Aznar, su esposa fue un gran activo durante la Presidencia del Gobierno. Necesitaba su opinión para muchas cosas y estoy convencida de que le hizo una labor complementaria muy útil.


Llama mucho la atención en su libro que en 2004, dando el PP por hecho su victoria en las urnas, la familia Aznar almorzó con Rajoy para la tradicional entrega de llaves de los inquilinos salientes.


Fue curioso. Todo el mundo daba por hecho que Rajoy iba a ser el siguiente presidente del Gobierno. Como todos sabemos, los terribles acontecimientos del 11-M dieron la vuelta al tema y ahora podemos decir por la experiencia que hasta el rabo todo es toro, que no se sabe nunca lo que puede pasar. De esas cosas hay que aprender.


De los cinco jefes del Gobierno, ¿cuál tiene una imagen pública y privada menos coincidente?


Creo que Felipe González. Era un hombre bastante contradictorio. Estos líderes que arrasan y que son tan tremendamente comunicadores en público, es bastante corriente que luego tengan esa faceta de parcos en palabras y de personas más solitarias. Era muy tímido, una cosa que llamaba muchísimo la atención en un hombre como él. Los demás han mantenido una línea bastante coherente dentro y fuera. Pero yo quizá me quedo con Adolfo Suárez, ese hombre que fuera de las cámaras era tan entrañable y tan agradecido.


Cuesta mucho imaginar ahora a un Zapatero descolgando teléfonos y recogiendo recados en la Moncloa, como hacía Suárez.


Claro, pero es que los tiempos han cambiado mucho, las circunstancias son diferentes y las estructuras de la Presidencia del Gobierno han mejorado, como ha mejorado el país. Es que estábamos hablando de algo tan rudimentario, tan poco profesional casi, que se daban situaciones como esta: que el presidente del Gobierno, si pasaba por un sitio, sonaba un teléfono y no había nadie para cogerlo, pues lo cogía él mismo y hasta tomaba nota del recado. Eso realmente corresponde a una España que estaba empezando.


Ahora, cuando ve que Rodríguez Zapatero se rodea de 70 asesores, ¿qué piensa?


No sé si eso es bueno o incluso empieza a tener el efecto contrario. Tanta gente, tanta opinión, tanto informe? pues no sé yo si es realmente positivo o no. Hay un término medio, ni la precariedad con la que trabajábamos en aquellos años ni la cantidad de personas que hay ahora para quizá las mismas tareas. Hay que intentar simplificar un poco.


¿Con qué presidente le hubiera gustado repetir?


No lo sé porque quizá los tiempos pasados, pasados están, y creo que hay que quedarse con lo bueno y no añorar. Pero si me he quedado con la espina de algo es de no haber trabajado con una mujer. Nunca se sabe, ¿no? Estamos aún expectantes por lo que puede pasar.


En la Moncloa siempre ha habido niños. ¿Cómo se han adaptado las dos hijas de Zapatero a la vida en palacio?


Lo llevan muy bien, porque además son unas niñas muy dulces y muy alegres. Realmente la gente que trabaja cerca de la familia Zapatero está encantada. Son unas niñas que no dan ningún problema y es muy fácil trabajar con la familia.


La imagen que tenemos los españoles de ellas son vestidas de góticas junto a los Obama. ¿Esa estética es un signo de rebelión?


No creo que sea una muestra de rebeldía, porque son unas niñas que son muy de su padre y de su madre. Están mucho con ellos y llevan una vida muy de familia. Me da la impresión de que es una moda y como tal se pasa. No hay que darle más importancia. Pero es cierto que llamó mucho la atención porque, cuando uno quiere proteger algo tanto hasta el extremo de no mostrarlo en los medios, para una vez que aparece realmente creo que la imagen fue bastante desafortunada.